La jornada de ayer fue especial para la radiodifusión de
Ceuta ya que no sólo se celebró el Día Internacional de la
Radiodifusión sino que, además, por primera vez, hubo una
jornada de puertas abiertas.
A lo largo de toda la mañana, una veintena de
radioaficionados ceutíes se dieron cita en el Baluarte de
los Mallorquines, en la orilla del Foso Real, para mostrar a
los curiosos las delicias de una afición que agrupa a casi
un centenar de personas en la Ciudad Autónoma.
Viejas emisoras, telégrafos antiguos así como diplomas y
tarjetas identificativas fueron expuestas en el baluarte
para ser sometidas a la atenta mirada de quienes quisieron
conocer más acerca de esta tradicional forma de comunicarse.
Además, al tiempo que se podían ver los más de treinta
aparatos allí expuestos, se estaban estableciendo contactos
con gente de toda Europa tanto a través de la emisora como
del telégrafo demostrando así que, a pesar de las nuevas
tecnologías, “somos muchos los millones de personas que
preferimos comunicarnos con el resto del mundo a través de
las emisoras en lugar de los chats”, explicaba un veterano
radioaficionado ceutí que aprovechó la jornada para
compartir un rato con su nieto. “En mi casa todos
disfrutamos con las emisoras, tanto mi mujer como mis hijos
tienen también licencia”, explicaba.
Aunque el perfil medio del radioaficionado es el de un varón
de más de 30 años, también son muchas las mujeres a las que
‘les ha picado el gusanillo de la radio’. “Desde luego, si
no podemos hablar de un perfil cerrado de radioaficionado,
tampoco es posible hacer una clasificación por estatus
económicos -señala el presidente de la URCE, Salvador
Bernal, EA9AO- hay médicos, abogados, militares,
barrenderos, amas de casa y hasta el Rey es
radioaficionado”.
Comunicación
Hablando con cualquiera de ellos si que se puede establecer
un denominador común: su pasión por la radio. “La
radiodifusión no tiene límites, para mí es una fuente
inagotable de enriquecimiento lingüístico y cultural; sólo
hay que encender el equipo y tienes todo un mundo a tu
alcance”, señala Joaquín Fernández, EA9FY.
Tanto es así que incluso se ha llegado a establecer contacto
con astronautas que estaban de misión espacial “la base de
la radioafición es la antena, con una muy potente es posible
llegar donde no llegan los teléfonos móviles ni Internet, al
espacio”, tal y como demuestra uno de los números de la
revista que edita la URE (Unión de Radioaficionados
Españoles).
Y es que, para establecer contacto con gente de otros países
es necesario saber otros idiomas aunque, según explica
Joaquín, “el español es un idioma muy importante dentro del
mundo de la radioafición, quién más quién menos, todo el
mundo habla nuestro idioma”.
Telegrafía
Pablo Rodríguez, EA9AZ, y José Antonio Méndez, EA9CD,
entienden la radiodifusión como un Código Morse ya que este
sistema internacional es el que utilizan para comunicarse:
“a mí me llena más que la fonía -explica Pablo- es una forma
de continuar con el principio básico de la comunicación que
es el lenguaje creado por Samuel Morse”.
“Si nos preguntas porqué somos tan aficionados al Código
Morse, la respuesta es sencilla, porque éste es a la
telegrafía como el latín y el griego lo son a nuestro
idioma, tenemos que aprenderlo porque es la base de la
comunicación y eso te permite contactar con gente de todo el
mundo sin necesidad de hablar otros idiomas, es un lenguaje
realmente universal”, asegura José Antonio. En este ámbito,
los alemanes son los verdaderos maestros por su claridad y
perfección a la hora de emitir.
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