Bien, jefe, ha llegado la hora de
decirnos adiós, pero como mi palabra vale más que cualquier
documento escrito, tal y como usted acostumbra a afirmar, le
concedo veinte minutos para responder a cuantas preguntas me
quiera formular.
- Más que preguntas, enano, te propongo un juego a ver si es
verdad que me conoces tan bien como dices conocerme. Porque
igual ese gran conocimiento, que dices tener sobre mi
persona, es sólo un farol tuyo. Y los años que hemos estado
juntos no te han servido para nada. No te inquietes porque
eso de no tener el menor conocimiento, a pesar de los años,
les ocurre a muchos de esos que se autodenominan “nosotros
los políticos”
.- Acepto el juego y por supuesto el reto. Voy a
demostrarle, de una vez por todas, que mi conocimiento sobre
su persona es perfecto. Tenga en cuenta que han sido muchos
años trabajando codo con codo y, en ello, he aprendido hasta
su forma de respirar. Cuando, usted, quiera podemos empezar
el jueguecito en cuestión. Y no me compare con ninguno de
esos politiquillos del tres al cuarto.Las comparaciones son
odiosas, pero en ete caso mucho más. Insulta, usted, mi
inteligencia.
- Supongamos, enano, que he ganado unas elecciones con
mayoría absoluta para dar y repartir. Tú quién crees qué
mandaría en el Ayuntamiento.
- Jefe, eso ni discutirlo siquiera. Ahí no mandaba nadie más
que usted. Y si algunos, por las razones que sean, trataban
de indicarle lo más mínimo de como tendría que gobernar,
seguro que tenía asegurada la puerta de la calle. En esto no
tengo la menor duda , jefe.
- Enano, puede pasar que hayan sido algunas las personas que
me han ayudado a conseguir gobernar y, naturalmente, les
debo ciertas cosas que, sin duda, tengo que pagarles.
- Un momento, jefe, antes de continuar con el asunto. ¿Usted
me ve a mi cara de idiota?. Porque si me ve con esa cara es
mejor que déjemos todo esto porque, entonces, me iba a sonar
a cachondeo cada pregunta que me hiciese. Nos ponemos serios
o lo dejamos. Usted decide.
- Nos ponemos serios porque me interesa mucho conocer tu
opinión, sobre lo que yo haría de ser el mandamás.
- Entonces, jefe, partiendo de la base que, jamás, se
dejaría manejar por nadie y, mucho menos, por todos eso
quese apuntarían al carro para decirle que gracias a su
colaboración ha conseguido su meta, gobernaría a su mejor
ser u entender sin permitir, a ninguno de ellos, la menor
intromisión en sus asuntos.
Eligiría a sus hombres y mujeres de confianza, poniéndolos
en los puestos claves sin permitir, por supuesto, que nadie
viniese a decirle donde los tenía que colocar y donde
debería poner a los suyos.
Desde luego, jefe, no les rendiría las ganancias a todos
esos que le recordarían, a usted, que ha ganado las
elecciones gracias a su colaboración, y , más, sabiendo
usted que las ha ganado, precisamente, por su nombre y sin
ayuda de nadie, porque el pueblo le ha votado a usted y no a
la siglas de su partido, que me imagino que en este caso
sería el ADE “Asociación Desengañados Españoles”.
Jefe, apañado iba el que se acercara para decirle como tenía
que gobernar, porque de eso él entendía un rato largo.
No, por favor, no me diga nada, yo sé donde lo iba a mandar,
usted, a la primera de cambio.
- Enano, todo el que esté leyendo la opinión que tienes
sobre mi persona, si fuese gobernante, se creerá que soy un
dictador de altos vuelos.
- No, usted , no sería ningún dictador. Eso lo tengo de una
claridad meridiana.
Usted, se rodearía de lo mejor que tuviese y, jamás,
dudaría, en pedir asesoramientos a los expertos en la
materia que tenerlos los tendría a sus disposición como
funcionarios públicos que son y que, por tanto, están a sus
ordenes. Usted, sería incapaz de dar una orden sin antes
haber consultado los pro y los contras, que le darían esos
expertos.
Lo mismo digo esto, que digo lo que haría con todos esos
pelotas y lameculos que como las lapas se le pegarían a
usted. Iban a correr el mismo camino que, todos esos, que le
querían imponer la forma de gobernar colocando a sus
protegidos en lugares claves que para eso, ellos, le habían
prestado una enorme ayuda para que usted fuese el líder y
ganase las elecciones.
- Igual, enano todos ellos, esos que tanto me ayudaron a
ganar las elecciones, se marcharían a Madrid a exponer, ante
los altos cargos, que el menda, servidor de ustedes, no
quería saber nada de ellos y, mucho menos ser manejado por
tan importantes personajillos.
- Lo tengo de una claridad meridiana, jefe. Usted iría a
Madrid y ante los supremos jefes del ADE , les diría sin
rodeos que el que manda es usted, y sino están conformes
crea un partido independiente, para las próximas y los manda
a la oposición. ¿Me equivoco, jefe?.
Y para que no le falte nada a este retrato robot digo que,
usted, pondría desde el primer día los cartuchos sobre la
mesa.Y eso serían los únicos.
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