Miguel Angel López, ‘Milan’ para los amigos. Licenciado en
Ciencias Químicas por la Universidad de Sevilla, en la
actualidad funcionario del Ministerio de Defensa Español
donde realiza la labor de Jefe de análisis Químico del
Laboratorio de Pólvoras de la Armada en la base naval de
Rota. Cruz al Mérito Naval con distintivo blanco y
miembro del Ateneo Literario, Científico y Artístico de
Cádiz.
Ante semejante expediente cualquiera se asutaría a la hora
de entrevistar a Milan, pero no es el momento de preguntar
por la persona en lo profesional, sino en lo personal:
nacido en Ceuta, norte de África, España. Hijo de Miguelín y
María, también hermano de Marisol, padre de Álvaro y
Alejandro, y amigo de muchos más...
A todo esto hay que añadir una cosa fundamental, Milan, es
unos de los muchos niños de Villajovita repartidos por toda
España.
El día 15 de abril, Miguel Ángel López Moreno, presentó en
la Ciudad Autónoma de Ceuta su última publicación, ‘Crónicas
de Villajovita’, un libro que recupera la memoria viva de
unos niños que vivieron la década de los 60 en la popular
barriada ceutí.
Y es que Milan es un ceutí que emigró de su Ceuta natal hace
40 años, y tras todo ese periodo de tiempo se ha dado cuenta
de que la echa de menos, es más, para él todo esto ha sido
“sorpresivo”, nos comenta que “después de toda la vida
viviendo fuera de Ceuta, tanto física como mentalmente, ya
que yo no me acordaba de ella, todo esto ha sido algo
maravilloso”.
Todo empezó a raíz de la creación de su página web, donde
tejió toda una vida de recuerdos de acá y de allá y ahora,
junto con la ayuda de muchos otros,ha conseguido remover la
historia de muchas personas que seguro se lo agradecerán por
mucho tiempo.
“La cantidad de personas que se han visto implicada en la
recuperación de esta memoria ha sido sorprendente, y es
verdad que ahora esto proporciona muchos momentos de
felicidad que nadie podía imaginar”.
Pero como la imaginación no cuesta nada, Milan se puso a
imaginar y se vio compartiendo momentos de su actual vida
con esos niños con los que compartió las calles de
Villajovita. “Es verdad que nosotros tuvimos en nuestro
momento, hace 40 años, unos niños que eran más cercanos, y
con ellos son con los que hemos recuperado el contacto. Con
lo que hemos hecho, recordando tantos momentos, hemos
recuperado la sensación de estar a gusto”.
Milan cree que con este proyecto que ya es una realidad
“hemos recuperado esa conciencia de pertenencia a un sitio,
hemos visto que nuestros recuerdos también pertenecen a
otras personas y todo esto es muy satisfactorio”.
Milan también echa la vista atrás para pensar en las
diferentes cuestiones que le hicieron marchar de Ceuta,
“creo que te vas cuando la vida es más intensa, empiezas a
estudiar fuera, conoces a la compañera de la vida, te casas,
tienes hijos, te realizas desde el punto de vista
profesional, educas a tus hijos... y cuando ya las
perspectivas profesionales ya no son tan intensas en tu vida
es cuando vuelves la vista atrás y recuperas un periodo de
tiempo muy pequeñito, en tu barrio, pero sin embargo, a la
vez,muy intenso”.
Milan no duda en responder con un rotundo “si” que echa de
menos su ciudad natal, y es gracias a la “intensidad con la
que hemos recuperado esta memoria, que ya se encontraba ahí.
Me siento muy a gusto al pensar que yo también formo parte
de las memorias de muchas personas”.
Las Crónicas
No es la primera vez que Milan se pone delante de una página
en blanco para escribir y escribir. Su obra es un poco más
extensa y su afición a la literatura conocida por todos.
Cuándo se le pregunta por las ‘Crónicas de Villajovita’ su
primera definición es: “fruta madura, cayó por su propio
peso”. Como hemos dicho anteriormente su origen fue una web
“con unas fotos y sus correspondientes pies, explicando
quiénes éramos y las circunstancias de la situación, y esto
fue el germen de lo que hoy es el libro. No hay que
confundir, a día de hoy el libro y la web no tienen nada que
ver, ya que éste recupera el modo de vida que tuvimos en
forma de anécdota, no grandes cosas, sino pequeños hechos
que han ido conformando una vida”.
A pesar de la añoranza de este ceutí por tierras caballas no
se ve confiado en la idea de poder volver a su tierra, ya
que “profesionalmente es imposible, aunque los hijos se
hayan marchado, en estos momentos no creo que sea posible
que pueda vivir fisicamente allí”. Milan piensa que “una vez
que tienes una vida en la Península puede ser muy difícil
volver a establecerte en Ceuta” aunque sabe que “hay gente
dispuesta a hacerlo por la necesidad de volver a sus raíces,
de volver a su ciudad natal”.
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