Algo se mueve en el Estrecho. Este año comenzó con la
tensión propia de los cambios anunciados. En 2006 expira el
contrato para la gestión de la línea de interés público que
une la Ciudad Autónoma de Ceuta con la Algeciras, la única
puerta a la Península, y era evidente que algo iba a
suceder.
Y sucedió: Acciona Trasmediterránea, la naviera que hasta
hoy gestiona la línea de interés público, la “autopista de
Ceuta”, como definiera el diputado socialista Salvador de la
Encina, anunció una oferta de compra-venta sobre uno de sus
rivales en el Estrecho e Gibraltar, la compañía de capital
algecireño-ceutí Euroferrys. De este modo parecía cantado
qué naviera se llevaba el gato al agua. La operación aún
está pendiente del dictamen del Servicio de Defensa de la
Competencia que ha de pronunciar antes del mes de junio.
Fuentes de Euroferrys adelantan que el definitivo desembarco
del capital de Acciona, que se ha hecho con el cien por cien
de Euroferrys, será efectivo en 2007, cuando los buques de
la naviera algecireño-ceutí lleven en su proa la hoja que
sirve de emblema a Acciona. La operación, vinculante, es
decir con el acuerdo de ambas partes, no afecta a la
plantilla que mantendrá sus puestos de trabajo, tal y
confirmó Euroferrys.
La tarta del Estrecho
El Gobierno debe otorgar la concesión este mes de abril del
citado servicio de interés público de la línea
Algeciras-Ceuta-Algeciras. Y no es una concesión cualquiera,
cuenta con una subvención de casi 49 millones de euros en
cinco años, un goloso botín para las compañías navieras
comparado con las líneas del Mediterráneo que cuentan con
subvenciones de poco más de 9 millones de euros para el
mismo periodo de tiempo.
La subvención para el periodo 2006-2011 es un 20% mayor que
en el anterior concurso; la frecuencia mínima pasa de dos a
tres viajes, ha de redoblarse la seguridad y eliminar las
barreras arquitectónicas; y, lo más importante, se cumple
una de las principales exigencias de Ceuta: al menos un
ferry ha de pernoctar en puerto ceutí para mejorar e
servicio y poder atender cualquier emergencia en la Ciudad
Autónoma.
Esta última y celebrada condición añade un matiz importante
pues su obligado cumplimiento requiere un gran esfuerzo por
parte de la naviera que sea la adjudicataria ya que no sólo
‘pernocta’ el buque sino que lo haría toda una tripulación
así como el personal de mantenimiento necesario, lo que
supone una inversión de la naviera y es una buena noticia
para la ciudad y, probablemente, para la creación de empleo.
Y llegó Baleària
La naviera mallorquina bajo bandera del Grupo Matutes (55%)
y el empresario Alfonso Ùtor (45 %) desembarcaba en las
líneas de Ceuta y Melilla como antes lo hiciera en la ruta
Algeciras-Tánger y llegaba con apuesta fuerte: la naviera
balear hará la línea Ceuta-Algeciras-Ceuta, o lo que es lo
mismo, su ferry dormirá en puerto ceutí, uno de lo
requisitos más importantes para acceder a la línea de
interés general, independientemente del concurso de la línea
de interés público”, subrayan desde la naviera. Hasta
entonces sólo Acutrans había puesto peros a la compra de
Euroferrys por parte de Acciona Trasmediterránea.
Pero Baleària no dudó en personarse como parte afectada ante
el SDC, organismo dependiente del Ministerio de Economía, al
considerar que se trata de una “compra de competidores”, y
un “movimiento extraño” ya que Euroferrys había solicitado
una licencia para opera en Melilla, concretamente para unir
esta ciudad autónoma con la vecina Nador. Mientras, las
navieras mueven sus fichas y siguen renovando su flota. Así,
desde el astillero vigués Barreras llegan estos días
encargos tanto de acciona como de Baleària que tiene listo
ya un nuevo barco rápido de 165 metros de eslora.
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