La comunidad musulmana celebró en la madrugada de ayer el
nacimiento del último profeta del islam, Mahoma el último
enviado por Dios. El sube y baja del calendario ha hecho que
este año, la comunidad cristiana celebre la pasión y muerte
de Jesucristo al mismo tiempo que los musulmanes celebran el
nacimiento de Mahoma. Paradojas religiosas en una ciudad con
cuatro confesiones.
La venida al mundo de Mouhammad tuvo lugar en La Meca, en la
zona de Hiyad (Arabia Saudí), lugar santo al que cada año
peregrinan miles y miles de fieles para rotar en torno a la
kaaba. Nació el 29 de agosto del año 570 de la era cristiana
en el seno de una familia humilde; el calendario que siguen
los musulmanes es de tipo lunar, y hace que cada año vaya
variando la fecha de celebración; en esta edición, con el
retraso de la Semana Santa, se ha hecho coincidir ambos
actos religiosos. El festejo es bastante sencillo y
recogido, por lo menos en la Ciudad Autónoma. Durante la
madrugada de ayer, las mezquitas ceutíes se dedicaron a
recordar la infancia y juventud del profeta, se leyeron
versículos del Corán y se dieron charlas a los asistentes.
Abdeselam Mohamed Abdeselam, encargado del cuidado del
cementerio de Sidi Embarek, explica que, aunque la
revelación divina y el mensaje le fueron transmitidos a los
cuarenta años, su etapa anterior es también “un ejemplo”
para los musulmanes.
Dificultades
Mahoma, que a los seis años quedó totalmente huérfano, era
un hombre “muy respetado, correcto, justo y de confianza” en
el seno de su comunidad, explica el responsable del
cementerio, pero una vez recibió el mensaje divino
“comenzaron las dificultades” ya que su postura y su prédica
amenazaban el poder fáctico de las tribus de la zona en que
vivía. Pero antes de la revelación del ángel Gabriel (que en
la tradición cristiana es un arcángel) Mahoma tuvo una vida
intensa, marcada por el fallecimiento de sus progenitores.
Su padre no llegó a verlo nacer. Fue criado en el desierto
y, cuenta la tradición, que le dio de mamar una mujer de
origen bereber, Halima. Pasó sus primeros años en el páramo
porque era una vida más sana que la urbana. Su madre, Amina,
murió cuando él tenía seis años. Sus tutores fueron su
abuelo paterno Abd al-Muttalib, y cuando este falleció, se
encargó de su cuidado y educación su tío Abu Talib, líder de
la tribu Quraysh, una de las más poderosas de La Meca. Con
el tiempo, acompañaría a su familiar en sus rutas
comerciales por Siria y otros países. La experiencia de
Mahoma se ampliaba a pesar de ser analfabeto, hecho que, por
otro lado, hizo más creíbles sus revelaciones.
Tercera celebración relevante
Tras las homilías nocturnas, la jornada de ayer fue de
celebración “para todos los ceutíes musulmanes”, indicó
Abdeselam Mohamed Abdeselam mientras asistía a la
inauguración oficial del morabito de Sidi Embarek. Abdeselam
añadió que, “después de la culminación del Ramadán y de la
fiesta del sacrificio, la celebración del nacimiento del
profeta Mouhammad es la más importante” para los fieles de
la confesión islámica.
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