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SOCIEDAD - MARTES, 11 DE ABRIL DE 2006


MOMENTO DE LA MISA CRISMAL. REDUAN.

SEMANA SANTA 2006 / ACTOS
 

La Catedral acoge la Misa
Crismal, concelebrada por
el obispo Antonio Ceballos

Antonio Ceballos Atienza consagró el Santo Crisma y bendijo los óleos de los catecúmenos y de los enfermos
 

CEUTA
José Manuel Rincón
jmrincon@elpueblodeceuta.com

En la tarde noche de ayer, la Santa Iglesia Catedral acogió la celebración de la Misa Crismal, donde el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos Atienza celebró con todos los presbíteros de la diócesis y los cientos de fieles que se dieron cita en el Templo Catedralicio dicha Misa.

En este sendito hay que comentar que la Misa Crismal es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo y como signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. En ella el obispo consagró el Santo Crisma, bendiciendo posteriormente los óleos de los catecúmenos y de los enfermos.

El Santo Crisma, es decir el óleo perfumado que representa al mismo Espíritu Santo, nos es dado junto con sus carismas el día de nuestro bautizo y de nuestra confirmación y en la ordenación de los diáconos, sacerdotes y obispos.

La palabra crisma proviene de latín: chrisma, que significa unción. Así se llama ahora al aceite y bálsamo mezclados que el obispo consagra para ungir a los nuevos bautizados y signar a los confirmados. También son ungidos los obispos y los sacerdotes en el día de su ordenación sacramental.

La liturgia cristiana ha aceptado el uso del Antiguo Testamento, en el que eran ungidos con el óleo de la consagración, los reyes, sacerdotes y profetas, ya que ellos prefiguraban a Cristo, cuyo nombre significa "el ungido del Señor". El crisma se hace con aceite y aromas o materia olorosa para significar "el buen olor de Cristo" que deben despedir los bautizados.

Con el óleo de los catecúmenos se extiende el efecto de los exorcismos, pues los bautizados se vigorizan, reciben la fuerza divina del Espíritu Santo, para que puedan renunciar al mal, antes de que renazcan de la fuente de la vida en el bautizo.
 


El aceite simboliza el vigor y la fuerza del Espíritu Santo

El óleo de los enfermos, cuyo uso atestigua el apóstol Santiago, remedia las dolencias de alma y cuerpo de los enfermos, para que puedan soportar y vencer con fortaleza el mal y conseguir el perdón de los pecados.

El aceite simboliza el vigor y la fuerza del Espíritu Santo. Con este óleo el Espíritu Santo vivifica y transforma nuestra enfermedad y nuestra muerte en sacrificio salvador como el de Jesús.

Por último hay que comentar que por lo general antes de comenzar la celebración de la Cena del Señor se reciben solemnemente estos Santo Óleos consagrados en la Misa Crismal celebrada por el Obispo reunido con el presbiterio. En una procesión solemne los óleos son llevados en tres ánforas preciosas que se guardan en un lugar previamente destinado dentro de la Iglesia.
 

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