¡Albricias mil! He recibido una
noticia satisfactoria a la par que, tan conmovedora que me
he puesto negra de tanto llorar. Porque yo soy muy sentida y
ahora me voy a acercar a la tienda de Veinte Duros de mi
barrio para comprarme lo que, en andaluz se dice “tapergüé”
de plástico, antes de alargarme a Ceuta para recoger el
anunciado y sabroso donativo, fruto de la generosidad del
Gobierno Ceutí y de la estricta aplicación del Principio de
Igualdad que consagra el Texto Constitucional.
¿Qué todavía no se han enterado ustedes del asunto? Pues
estén despiertos, porque a mi me lo ha filtrado un taxista y
ya se sabe que, los del gremio del taxi, son los que conocen
más secretos de Estado. Yo, por si un caso y por si hay
escasez, he llamado al Ayuntamiento y me he apuntado en la
lista. ¿Qué les aclare? Vale, es un tema jurídico, para
evitar incurrir en el agravio comparativo, las Autoridades
han reflexionado y consultado con Bruselas, aunque el
asunto, por ahora no va a llegar a Estrasburgo. Les cuento.
Ustedes son conocedores de la proverbial prodigalidad
gubernamental autónoma con los islámicos con motivos de
festividades como la de la Pascua del Borrego, donde se
regalan generosamente animales. Escamados los católicos
occidentales por unas dádivas que se limitaban, en plan
discriminatorio, a un solo colectivo, comenzaron a murmurar,
a revolicarse y a pregonar que a ver si ellos eran
ciudadanos de segunda y que se les estaba relegando y
ninguneando de manera muy despiadada y cruel, hiriendo, a la
par, sensibilidades.
De hecho se pensó en contratar los servicios de un profesor
experto en Derecho Constitucional para que realizara un
dictamen y, ante los oscuros nubarrones que se ceñían sobre
el Gobierno, las Autoridades decidieron finiquitar con
cualquier tipo de conducta atentatoria a la Igualdad y
favorecer exactamente igual a los unos y a los otros. Me
aclaro y resumo : que van a repartir torrijas y huevos de
Pascua con motivo de la Semana Santa al colectivo católico
occidental. Una docena de fragantes torrijas por familia.
Tampoco es pasarse, podían dar dos docenas, de hecho, mis
fuentes me informan de que, para elaborar el manjar están
utilizando pan de hasta dos días anteriores, la leche que
ponen a hervir con su azúcar es semidesnatada, para que
salga unos céntimos más barata. Rehogan las rebanadas de pan
en la leche azucarada y luego a la sartén a freírlas con
aceite de girasol y ya fritas a rebozarlas en azúcar con
canela. ¡La bendición de Dios!.
¿Qué murmuran? ¿Qué algunos de ustedes las prefieren con
miel? Pues les digo que están empachosas pero si ustedes
quieren miel se la ponen en sus casas ¡Joder con las
exigencias! La docena de torrijas es convencional y la dan
envuelta en papel de aluminio, somos los ciudadanos quienes
hemos de aportar un recipiente ¡Gloria bendita!. ¿Qué que
pasa con los huevos de Pascua de chocolate? Pues que también
va a haber un reparto equitativo y generoso y encima, el
Presidente Alcalde que tiene mucha iniciativa va a esconder
huevos por toda la ciudad para que la chiquillería los
busque y se ilusione y divierta.
Eso si, yo aconsejaría no poner huevos escondidos ni en la
Delegación de Gobierno, ni en la Comisaría, ni en la Policía
Local, ni en la Guardia Civil, porque ya se sabe que, en
esos cuerpos e instituciones, es donde se centralizan todos
los buenos huevos de Ceuta, vamos, que huevos hay y en
exceso, así que si, encima esconden los de chocolate, puede
producirse una especie de sobredosis huevera. ¿Qué que pasa
si los chiquitines van a esos lugares a buscar? Pues que,
encontrarlos, los encuentran, huevos, honor, lealtad y
profesionalidad, pero no son los de chocolate que ellos
buscan y que llevan dentro una sorpresa, aunque, a nivel de
esas instituciones, la sorpresa se la suelen llevar los
malos cuando, los buenos, ponen los huevos sobre la mesa.
Huevos aparte, las torrijas hay que recogerlas y saciarse de
su dulzura acanelada, porque comer torrijas y disfrutar del
chocolate, forma parte de nuestra cultura y son nuestras
raíces. Llevamos los refritos semanasanteros, los dulces de
la Pasión, inscritos en el ADN, impresos en nuestros genes.
Tradiciones hermosas, heredadas de nuestros ancestros,
hechos culturales puestos de relieve por la Ciudad Autónoma
con su generosa iniciativa. ¿Qué a mi no me van a dar una
torrija sino una mierda porque no soy ceutí sino rifeña?
Oigan, no me discriminen ni sean groseros conmigo que soy
muy sentida ¿Qué dicen? ¿Qué me van a dar una mierda pinchá
en un palo, la mierda para que me la coma y el palo para que
me quite las miajillas de los dientes?¡Miren cuanta
xenofobia y cuanta avaricia! Son ustedes unos agonías que lo
quieren todo, en plan excluyente. Bueno, se queden con sus
torrijas y sus huevos y los disfruten, ya me han amargado el
día, pero al menos me ahorro acercarme a los Veinte Duros y
comprarme el “tapergüé
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