El pasado miércoles, el aula militar de cultura ‘Manuel
Alonso Alcalde’, fue escenario de una interesante
conferencia impartida por Diego Navarro. Bajo el título
‘Inteligencia y espionaje durante la Monarquía Hispánica.
Siglos XVI y XVII’ ofreció una visión de las tareas de
inteligencia llevadas a cabo en España durante esa época.
La actuación del espía, los órganos de información y las
formas de envío y protección de la información eran los
recursos principales para la toma de decisiones en lo que
fue el Estado moderno en los siglos XVI y XVII, una época
clave en la evolución de la estrategia y que engloba el
reinado de los Austrias: Carlos V, Felipe II, Felipe III,
Felipe IV y Carlos II ‘El hechizado’.
- ¿Cómo ha evolucionado el espionaje a lo largo de la
Historia?
- Se dice que ésta es la segunda profesión más antigua de
mundo. La necesidad de buscar flujos de información e
inteligencia para la toma de decisiones es una constante
histórica y atemporal. El fondo es prácticamente el mismo,
la necesidad de contar con una información para ejecutar
decisiones de todo tipo: políticas, militares y económicas
aunque es evidente que las técnicas han variado pero la
esencia de la actividad de inteligencia subyace igual.
- ¿Cuáles eran las características del espionaje de la
época?
- En los siglos XVI y XVII la Monarquía Hispánica tenía
diferentes intereses en los muy variados escenarios y
teatros de operaciones: el Mediterráneo, centro Europa,
Flandes o la rivalidad con grandes potencias como Francia o
Inglaterra y, por lo tanto, esos eran los escenarios donde
el espionaje va a desarrollar todo su potencial. El Consejo
de Estado y el Consejo de Guerra son los dos grandes órganos
que coordinan, controlan y procesan toda la información que
le va a llegar al rey para la toma de decisiones
macroestratégicas dentro de la línea política de la
monarquía. En un primer escalón están los espías,
informadores, confidentes y las personas que, por razones
casi siempre económicas, colaboran de una forma estable o
eventual en las tareas de información. Luego están las
embajadas que van a jugar un papel importantísimo porque el
embajador va a ser un coordinador en su ciudad de toda la
información que luego va a ser remitida a Madrid.
- ¿Y el contraespionaje?
- Las tareas de vigilancia y contraespionaje en la época
también eran una de las funciones esenciales que había que
llevar a cabo. La documentación consultada de la época
habla, efectivamente, de determinados militares que estaban
especializados en buscar, en perseguir y en encontrar la
actividad de los espías que otras potencias enemigas había
introducido en la península.
- ¿Cómo influye en el espionaje el desarrollo de las
nuevas tecnologías?
- El desarrollo de los sistemas de comunicación y
principalmente del correo es una de las dimensiones a tener
en cuenta para estudiar la evolución de los mecanismos de
inteligencia al servicio del Estado. Había que tener muy en
cuenta la distancia existente entre el lugar donde se
produce la información y el lugar al que se envía pero no
había otra manera de hacerlo. El correo postal, ordinario y
extraordinario, iba y venía continuamente por todos los
territorios de conflicto en la Europa moderna. Otra
dimensión muy vinculada al envío de la información es la
protección. Las técnicas criptográficas que van
evolucionando de una manera muy poderosa y que obligaban a
utilizar determinadas cifras para proteger esa información y
que deben ser constantemente cambiadas para que el secreto
de la comunicación fuese efectivo.
- Situación actual del espionaje y retos del siglo XXI.
- Las oportunidades que brinda la red para la obtención de
la información hoy en día aumentan los peligros potenciales
de un uso fraudulento por lo que el reto no es conseguir
información sino saber discriminar entre la sobreabundancia
de fuentes. El terrorismo globalizado es, sin duda, un área
de preocupación común para todos los países que, en algún
momento, lo han padecido. Para luchar contra él se
desarrollan estructuras de cooperación multinacionales.
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