PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura


Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

ACTUALIDAD - DOMINGO 9 DE ABRIL DE 2006


IMAGEN DE LA BARRIADA 'EL PRÍNCIPE'.REDUAN.

barriadas / peticiones
 

‘El Príncipe’ se mira por dentro

Los vecinos demandan espacios verdes y culturales para los jóvenes de la barriada y el incremento de la seguridad con la construcción de una comisaría de policía permanente
 

CEUTA
Mada M.
madamartinez@elpueblodeceuta.com

A media mañana, el café de la plazoleta cercana al Zoco está concurrido. Hombres que beben té y comen dulces morunos, niños que juegan a los cromos, vendedoras ambulantes de fruta y verdura, y algún miembro del equipo de seguridad de la barriada. Es el Príncipe, el barrio que acaba de ser testigo del asesinato del activista de Izquierda Unida, Mustafa Ahmed Mohamed, y la plaza es el lugar donde recibió el disparo de un menor que no pudo soportar una reprimenda. A razón de muerto por año, los vecinos aseguran no sentirse seguros del todo. Tampoco les ayuda a conciliar el sueño la quema habitual de contenedores ni “la ausencia policial en la barriada”.

Laarbi Mohamed, presidente de la asociación vecinal, tiene claro que la solución reside, por un lado, en las instalación de una comisaría permanente y en aumentar la presencia de patrullas de la Policía en la zona, que eviten los actos delictivos; y entre ellos, el vandalismo juvenil que hace que el Príncipe encabece las páginas de sucesos locales de forma bastante habitual. La reciente muerte de Ahmed ha vuelto a poner de manifiesto la presencia de armas en la barriada; su origen es incierto: Península, ex militares,... La Policía decomisaba hace unos días dos pistolas, un revólver, una automática, un subfusil (que aparentemente podría proceder de la Europa del este) y una escopeta de cañón recortado. El arma que acabó con la vida del miembro de IU todavía no se ha encontrado aunque el departamento de balística sigue investigando su relación con otras cuyos casquillos ya se han encontrado en las aceras del Príncipe.

Unos acerados inexistentes en muchas de las calles y callejuelas del barrio. Algunas travesías no llegan a los ochenta centímetros de ancho y ni siquiera pueden considerarse calles. No falta quien propone hacer de la barriada el ‘Chaouen de Ceuta’, y atraer a los turistas a la zona más exótica de la ciudad. A cada lado de los pasadizos crecen las viviendas de los vecinos del Príncipe. Y aquí reside otro de los problemas que, a juicio de Laarbi Mohamed, “ahoga” a los residentes de la barriada. Muchos de ellos arrastran multas que pueden superar los 10.000 euros por la reforma y construcción ilegal de los edificios. Mohamed indica que los vecinos son conscientes de las irregularidades pero que tampoco están dispuestos a vivir en casas mínimas, viejas o con deficiencias.

Por eso el Príncipe casi parece un puzzle: el muro de una parcela linda con el siguiente formando figuras geométricas a veces imposibles. Mohamed añade que el pago de las sanciones no les garantiza que la vivienda sea suya; “es una inversión que no sabes si te va a servir para algo, si la casa al final va a ser tuya o no”, comenta el representante vecinal. Él mismo tiene una deuda con la administración local y central, a causa de la ampliación de su vivienda; “y como yo, la mayoría de los vecinos”. Por eso, demanda que tanto Delegación de Gobierno como la Ciudad Autónoma se pongan manos a la obra para elaborar un plan urbanístico completo que determine qué casas ‘valen’ y cuáles no. Eso acabaría con “la incertidumbre” con la que conviven los moradores de este antiguo barrio de tradición militar en la que se vive “una situación próxima al hacinamiento”. Laarbi es descendiente de un miembro del ejército español, algo que comento con la mirada algo triste y reprobadora.

El representante vecinal considera que el Príncipe necesita más reformas. La reestructuración del tráfico, la mejora de los viales de acceso a la barriada y el ensanchamiento de algunas calles es “urgente”. Lo mismo piensa Mustafa Amar, miembro de Izquierda Unida y paseante habitual de la barriada que recorría hace unos días parte del trayecto que hizo Mustafa Ahmed antes de caer al suelo inconsciente cerca de una de las plazas principales de la barriada. Lo hizo a través de las callejuelas angostas del centro. Hace un par de días, el Consejo de Gobierno decidía concederle una mención especial del Premio Ciudadano, por su dedicación al Príncipe, sobre todos a los jóvenes de la barriada consorte de la Ciudad Autónoma.

La mayoría de los niños está de vacaciones. En la plaza de la farmacia algunos de ellos hacen carreras con las bicicletas o juegan ‘a la goma’. El hecho de que un menor acabara con la vida del integrante de Izquierda Unida ha reabierto el debate sobre la situación de los jóvenes de la barriada. A juicio de Laarbi Mohamed hacen falta más zonas de recreo para los más pequeños. La Ciudad Autónoma ya ha previsto la construcción de dos parques infantiles en Príncipe Alfonso y Felipe a lo largo del año, dentro de las actuaciones del Plan de Dotaciones. Además, en materia de juventud ya se ha puesto en marcha el Plan Integral a cuatro años. La asociación Jóvenes en Acción quiere incluir en el texto actuaciones concretas para la zona: nuevos espacios deportivos, ciberespacios (subvencionados con dinero público), una biblioteca o una ludoteca. Además, Karim Mohamed insta a las asociaciones juveniles y a entidades públicas y privadas a “involucrarse en actividades para los chavales de la barriada”. También cuestionan la creación de un Plan de Empleo Joven, que incida en la población “en riesgo de exclusión”. La formación entre los jóvenes del Príncipe acaba pronto ya que son pocos los que continúan el bachillerato y los estudios universitarios. A este hecho hay que sumarle “el alto índice de paro” que detectan la asociación vecinal y partidos políticos de la ciudad. La cualificación laboral también necesita un empujón.

Bolsas de trabajo insertas en los talleres que se imparten en el polifuncional, incrementar el número de becas o la implicación de la empresas privadas son soluciones propuestas por vecinos, partidos, asociaciones y los propios chicos y chicas de la zona.

Más y mejor

Laarbi Mohamed aprecia “las mejoras” que ha sufrido el Príncipe en los últimos ocho años: la obra de Arcos Quebrados, pistas deportivas, el aparcamiento para cerca de 80 vehículos, la mejora en algunos viales, la edificación del polifuncional. Pero quedan por ponerse en marcha “reivindicaciones históricas” como la ampliación y reforma del sistema de alumbrado, ya que el veinte por ciento de la barriada no tiene luz. Desde Fomento se ha previsto la ejecución del programa AMAB (Ampliación y Mejora del Alumbrado en las Barriadas) que dotará a Príncipe Alfonso y Felipe con 55.000 euros para tal fin. Además de la luz, faltan trabajadores sociales, la ubicación de un puesto de socorro en el barrio y la ampliación de las líneas de autobuses.

“Aunque ahora igual no es buen momento”, comentan los vecinos, después de que la empresa de transportes de Ceuta (una concesión de la Ciudad Autónoma a ‘Hadu-Almadraba’) haya restringido los trayectos hasta las seis de la tarde. Laarbi indica que, por un lado, “se solidarizan con los trabajadores” que no tienen por qué aguantar que les apedreen, pero indica que esto sólo contribuye a “aislar un poco más a la barriada” y a “castigar” a 12.000 vecinos por “unos pocos”.

¿Un anexo de la ciudad?

Se ha rumoreado incluso que los vecinos del Príncipe preferirían ser un anexo de Ceuta que un barrio al uso como los demás. Una pedanía, como en los ayuntamientos peninsulares. De momento, la Ciudad Autónoma ha puesto las cartas sobre la mesa y ha dicho que el Príncipe no está abandonado por las instituciones. Más de 15 millones de euros de inversión en 5 años. “Las barriadas son prioridad para el Gobierno”, asegura el Ejecutivo, “todas tienen la misma importancia”.
 


Pupitre con pupitre

A partir de la década de los ochenta, muchos residentes abandonaron la barriada. Laarbi Mohamed , presidente de la asociación vecinal, indica que hasta ese momento la convivencia entre musulmanes y cristianos era “buena, compartíamos los juegos y en el colegio estábamos pupitre con pupitre. Lo que pasa es que la mayoría dejó el Príncipe”. Paco, que regenta un estanco cerca de la iglesia, es de los pocos que quedan.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto