En esta galería breve de semblanzas de posibles candidatos a
las próximas Elecciones Locales nos corresponde hoy
comentar, según el orden que nos habíamos establecido, la
relativa al líder del Partido Democrático y Social de Ceuta
Mustafa Mizzian Amar. (Que conste que se trata de la mera
especulación lógica que proporciona el seguimiento a los
dirigentes de las diversas opciones políticas que se han
venido prodigando o cuyas actuaciones vienen siendo mas
notables y nunca, como no puede ser de otra forma, que nos
erijamos en presidentes de comités electorales para la
designación de candidatos de los partidos políticos a dichas
Elecciones).
Como es conocido, Mustafa Mizzian junto con su compañero
Mohamed Chaib, fueron los precursores del PDSC, partido que
venía a cubrir las necesidades de orden sanitario, de
vivienda, laboral y, en definitiva, a las relaciones
sociales que se daban con el colectivo de origen musulmán de
la Ciudad. Y de hecho, consiguieron la confianza de cierta
parte del electorado, principalmente el de religión
musulmana, lo que les proporcionó tres puestos en la
Asamblea que, posteriormente, de no haberse producido la
irrupción de otro grupo en el proceso electoral siguiente,
la Unión Democrática Ceutí (UDCE), hoy de seguro dispondría
de una notable representación que podríamos calcular en mas
del 20 % de miembros en el órgano de gobierno de la Ciudad.
Mustafa Mizzian es persona afable y comprometida con su
colectivo, aun cuando a nuestro entender le falta tacto para
el trato político, dejándose guiar, en ocasiones (menos
cuando formaba parte del gobierno de la Ciudad por sus
acuerdos con el Partido Popular) por impulsos no recogidos
en el manual del candidato y que le proporcionan, aun cuando
él crea lo contrario, contratiempos y situaciones
desagradables que perjudican su imagen pública.
Tiene la posibilidad Mustafa Mizzian de participar en el
próximo proceso electoral como líder de su partido o de
aliarse con la otra entidad de corte musulmán (UDCE). De
seguro que, dadas sus innumerables actuaciones en pro de
este colectivo, Mizzian dispone de su chance y él lo sabe,
por lo que será muy difícil que acceda a la participación en
coalición con otra entidad si no se le ofrece un puesto
preferente o prioritario en la correspondiente lista y,
además, si no se le da participación en lugares de segura
elección a miembros de su partido a quienes profesa sincera
lealtad.
Por último, como reflexión propia, nos preguntamos ¿cuándo
se alcanzará el acuerdo de participación en listas
compuestas totalmente por candidatos de religión musulmana a
ceutíes de origen cristiano, hindú o israelita, como vienen
realizando otros partidos de ámbito nacional (Partido
Popular, Partido Socialista Obrero Español, Partido
Comunista, por poner unos ejemplos)?. Ahí dejamos esa
incógnita para que el candidato Mustafa Mizzian se lo piense
o haga gala del sentido democrático que preside la
denominación de su partido con la integración en el mismo de
unas agrupaciones naturales de personas que, aun cuando
tienen el mismo idioma y cultura, profesan religión
distinta.
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