Confesar mi obtusidad absoluta y
radical en determinados temas no es, en absoluto, un falso
ejercicio de humildad, modestia o buen tono. Se trata,
sencillamente, de que, determinados misterios esotéricos,
escapan a la capacidad de mi sistema neuronal, por mucho que
lo engrase con cápsulas de Omega 3 y mejunjes diversos, ali
olis de bruja con nombres farmacológicos, pero ni por esas.
A mi con la Cámara de Comercio de Ceuta me pasa como con el
Misterio de las Catedrales: se que existe, pero no logro
adentrarme en el intríngulis de sus misterios seculares
tallados en los capiteles por los antiguos canteros.
Me informan los de siempre: mis fuentes, mis afluentes y un
charco de orina que ocupa su lugar en los muros de un
edificio. Y sigo estando al pairo. Llego a determinar, no
sin cierta dificultad, que existen dos grupos, uno
minoritario y poderoso (miren que extraño, poder y
oligarquía siempre residen en minorías y cotos cerrados) y
otro mayoritario y marchoso, con una acepción mucho más
democrática, moderna y participativa. Y por eso, tal vez, no
acaban de celebrarse las elecciones: porque los poderosos no
las tienen todas consigo y quieren, a toda costa, renovar
sus privilegios, en serio riesgo de deterioro por la
irrupción de los marchosos.
Un auténtico poltergeist el que, el Delegado de Gobierno,
profesional operativo donde los haya y a quien tengo que
ejercer de palmera, no en vano me he autoproclamado
presidenta de su club de fans, repito, que el delegado
Nieto, no intervenga de una vez por todas y corte de raíz
golpes de Estado encubiertos y decisiones o manifestaciones
arbitrarias de la Junta Electoral de la Cámara de Comercio,
llamada también por sus enigmas “Acercamiento del siglo XXI
a las incógnitas del Santo Grial”. La ciudadanía y los
seguidores de Jerónimo Nieto, mayormente las féminas, hemos
acuñado un slogan para la ocasión “Nieto, macizo, con tus
decisiones me electrizo”, para animar al Delegado a que
intervenga y corte de raíz, como el sabe hacerlo, el mamonéo.
Se supone que tienen que celebrar elecciones y que no sirven
zancadillas, dejaciones si seguidismos en el proceso. Se
está jugando con una buena tajada del futuro de la ciudad y
ese futuro esperanzador no es en absoluto un poltergeist, ni
los ciudadanos son una panda de majarones que se creen
abducidos por los extraterrestres. Al revés, la ciudadanía
es plenamente consciente de ese magón, de ese mar de fondo
incómodo, de eternizar los privilegios, de lucha casi
fraticida por el poder, de negativa radical de quienes,
hasta ahora han mandado, de permitir que actúe la democracia
y de que, los resultados de un proceso electoral sean la
única opción válida, les guste o no les guste. El
obstruccionismo y las dilaciones con excusas fantasmagóricas
no pueden ser la tónica del proceso.
Ni tampoco es de recibo el que no intervenga la Ciudad
Autónoma, hasta el punto de que, todos, tengan sus ojos
puestos en exclusiva sobre el buenhacer del Delegado de
Gobierno, cuyo papel se recicla en el de árbitro capaz de
tomar decisiones punteras y definitivas que acaben con tanto
esoterismo, tanto oscurantismo y tanta mandanga. Esto, en
lugar de unas elecciones a una Cámara de Comercio parece un
congreso sobre teleplastias, lo triste es que, los
empresarios, no dilucidan sobre la autenticidad del fenómeno
de las Caras de Belmez, sino sobre el futuro de la ciudad y
los apetecibles fondos europeos y eso hace que, la vertiente
esotérica llena de extrañas connotaciones, se diluya en
parte para dejar paso a intereses y clientelismos mucho más
prosaicos y a maniobras cada vez más burdas.
Me confieso obtusa, es un hecho, No logro comprender
dilaciones, vaivenes, feroces Navas de Tolosa de intereses,
asumo la división del empresariado en dos Reinos Taifas,
pero aún en los mosaicos de Estado rigen unas normas del
juego y esas normas implican limpieza y transparencia
incluso en los duelos entre caballeros que glosaban en el
Mester de Juglaría. Pero estos vaivenes electorales no dan
cacho, desde luego, para ser cantados por juglares ni por
trovadores, esotéricos son, pero, como mucho, podrían
ponerle letra los del grupo los Mojinos Escocíos. Para
prever los resultados de un proceso electoral limpio no hace
falta consultar a la bola de cristal. Lo que hay que
consultar al tarot es “para cuando” las elecciones, ese es
el auténtico poltergeist ante el que me vuelvo obtusa.
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