¿Ustedes son fumadores? Yo lo soy.
Mayormente porque me sale de esa parte de la anatomía que,
según las patiperras “Se lava y se estrena” y porque los
pamplinas melindrosos del Gobierno, comenzando por la
peliteñida Ministra de Sanidad no son quienes para ejercer
un “ordeno y mando” sobre mis pulmones.
Eso si, cuando se ejerzan idénticas medidas restrictivas
sobre el alcohol que sobre el tabaco, puede que me plantee
fumar un poco menos. Porque el alcohol se las trae, se lo
digo como abogado con veintiséis años de fatiguitas a mis
espaldas, que nunca he visto a un individuo y como
consecuencia de fumarse un Chester, llegar enloquecido a su
casa y apalear a su propia y a la prole. El alcohólico puede
llegar a ser un peligro social, el fumador no.
Pero las cursilerias de los bienpensantes profesionales van
encaminadas a restringir el tabaco y gastarse dinero en las
campañas de eufemismos y mensajes tremendistas, cuando esos
dineros los podían emplear en subir los sueldos de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que cobran
mierdosos estipendios y míseros salarios por estar en
primera línea y jugarse los cojones para protegernos. ¿Qué
dicen ustedes? ¿Qué quieren para la policía, la Guardia
Civil y la policía local los sueldos de los eurodiputados?
No fantaseen y además los eurodiputados tienen muchísimo
mérito porque participan en aburridas comisiones, hacen lo
que sus jefes les ordenan y votan muy formalitos y
obedientes, poniendo además en riesgo su salud con la
repugnante comida belga de los almuerzos de trabajo. Nos
cuestan millones a los ciudadanos ¿Qué prefieren que se
acabe ese chollo, que los eurodiputados ganen el sueldo de
un funcionario medio y las FOP ganen lo justo? ¡Por favor!
Estamos en la frívola España del chollo y el pelotazo, de
los privilegios y el mamonéo y atentar contra los
privilegios es atentar contra el Estado de Derecho. ¿Qué una
mierda para mi? Vale. La acepto. Pa mi casa hasta las
piedras.
Pero voy a lo mío, que es el tabaco, ese winstoncillo que
aspiro con deleite, suave y perfumado, la rasposidad olorosa
del chester, la dulzura del marlboro, eso si, yo fumo con
orden y sin filtro, porque tengo un alma muy legionaria y
soy muy novia de la muerte y porque me sale de mi ingle
moruna. Eso es. Pero hay medios y remedios para dejar de
fumar, te ayudan en la Seguridad Social, hay carísimos
parches de nicotina en botica y la exquisita revista Vogue
de este mes, ofrece en directo las vivencias de una de sus
elegantes redactoras para perder los ocho kilos que, la
periodista, ganó por dejar de fumar y que le impedían
meterse en un lujoso vestido de la última colección de Miu-Miu.
Por supuesto que he hecho mío los consejos, claros y
sencillos, al alcance de todas las que somos y nos sentimos
marujas, aunque, con pequeñas diferencias, nosotras no
podemos comprar en Miu Miu, porque el precio de un modelete
es con lo que tiramos para comer todo el mes y con lo que
podemos pagarle a nuestros retoños un buen curso de inglés.
En fin, leves matices aparte del hecho de que, las elegantes
señoras de Vogue compran en Chanel y servidora en Zara y
agradecida, porque mi horizonte de consumo son las tiendas
de los Veinte Duros. La redactora, para adelgazar se dirige
al elitista instituto de belleza de Carmen Navarro donde, a
cambio de una pequeña fortuna le aplican tratamientos con
máquinas quemagrasas de última generación, masajes
terapéuticos, consejos de nutricionistas y apoyo
psicológico, todo ello es pos de poder ajustarse en el
maravilloso diseño de Miu Miu. Con ello se demuestra que,
los tratamientos para paliar civilizadamente los efectos del
abandono del tabaco están realmente al alcance de unas pocas
frívolas, que encima tienen el pésimo gusto de relatárnoslo
en primera persona a quienes no podremos jamás ir a Carmen
Navarro, no tenemos más tratamiento de última generación que
perder kilos a fuerza de bregar en la casa y de pasar
hambruna ayudadas por yogures 0 grasa y andar kilómetros por
el Paseo Marítimo que es gratis.Pero ¡Hay que ver lo cómodo
que debe ser dejar de fumar con teniendo dinero! ¿Qué dicen
ustedes? ¿Qué no es nuestro caso? Es verdad. Nosotras nunca
afrontaremos el terrible dilema de tener que perder
celulitis por embutirnos en un modelo exclusivo de Miu Miu.
Por cierto ¿Han tenido ustedes alguna vez en las manos, aún
sin comprarlo, un diseño de Miu Miu? Yo desde luego no. No
tengo sueldo de eurodiputado.
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