Esto de ser adivino o vidente
tiene sus complicaciones. Esas complicaciones que, cada vez
que se acierta, no se puede uno besar por tener la mala
suerte de que no se llega.
Y no tirarme bocadillos de jamón que me voy a mosquear, por
la cantidad de aciertos que me pego durante el año. Y, aún,
hay quien pone en duda mi maravillosa condición de vidente.
Ellos se lo pierden porque el día, que me pidan que les
acierte algo, me voy a negar en redondo a hacerlo.
Incrédulos, que sois unos incrédulos, al dudar de esos
poderes de videntes que servidor tiene. Lo voy a demostrar,
para que no haya dudas.
Díje y escrito está a quien o quienes se les iba a conceder
la explotación del puerto deportivo de Ceuta, cuando había
quienes apostaban por otras personas físicas o por otras
sociedades. Los pobres mios no tenían mis sensacionales
poderes a los que tengo que unir, que duda acabe, mis
conocimientos sobre ciertas situaciones en las que
intervienen determinados personajes de esta mi tierra y la
de ustedes, por supuesto.
Decía la sabia de mí abuela que: “más sabe el diablo por
viejo que por diablo”.Y, servidor, aunque algunos no se lo
crean, ya va teniendo sus años. Unos años que además de
darte tranquilidad, antes las situaciones por comprometidas
que sean, van aumentando tus conocimientos al contemplar la
vida con esa frialdad que dan, precisamente, el ir
cumpliendo esos años.
Oiga, amigo guardia, la verdad sea dicha para que no haya
equívocos, al menda le importa tres rábanos a quien o
quienes les hayan dado la explotación del puerto deportivo
de Ceuta .Lo que, servidor dice es que, una vez más, a
acertado de pleno a quien se le iba a conceder, meses antes
de que el asunto sucediera.
Oiga, aunque les cueste trabajo, a esos personajillos,
politiquillos de medio pelo, tienen que reconocer esos
poderes sensacionales que adornan éste peazo de cuerpo
serrano que no se pue aguantá. Pena grande de que no pueda
besarme, con los méritos que he hecho para ello. ¡Ditan sean
las papas en amarillo con fideos gordos!.
Aprovechando estas dotes y contemplado la situación de falta
de euros que tengo, me hago una primitiva, con la esperanza
de que esas fenomenales cualidades que adornan éste cuerpo
danone, acierten los seis números del asunto. Pues mire
,usted, lo que son las cosas, no acierto ni uno de ellos. Y
pienso que mucho presumir de esa cualidades de adivino y no
doy ni una cuando juego a la primitiva. Algo tiene que
fallar en los momentos de colocar los números en el boleto.
Dándole muchas vueltas a la cabeza, en el supuesto que a la
cabeza se le pueda dar vueltas, que eso está por ver, llego
a la conclusión de que el error que cometo, al rellenar el
boleto, es mi falta de conocimientos sobre los números. Y
mira que hago números para poder llegar a final de mes y ni
te cuento, serrana del alma, la enorme cantidad que conozco
de números “primos”.
Por tanto, si mis conocimientos sobre los números, fueran
los mismo que tengo sobre esos personajillos del tres al
cuarto, politiquillos de medio, pelo tengo la completa
seguridad, que sacaba los seis números premiados de la
primitiva, cada vez que decidiese jugar. ¡Anda que no
conozco bien el percal!.
O también, puede darse el caso, de que dicen que los
videntes y eso no podemos decir los números de los
diferentes juegos de azar y, además, nunca , por ningún
motivo, podemos aprovechar nuestras enormes facultades para
obtener beneficios económicos. Manda...el asunto. Sea
,usted, vidente para esto
Saco las bolas, porque tengo dos bolas, las de cristal
naturalmente, y me pongo a ver qué es lo que puedo descubrir
a través de ellas, con mis cualidades de vidente, para
contárselo a ustedes.
Miedo me da lo que estoy viendo. Veo, en ambas dos, a
algunos personajillos, politiquillos de medio pelo, que
tienen el porvenir más negro que una golondrina de luto
riguroso.
Oiga, amigo guardia, por más esfuerzo que hago, lo veo todo
negro. Toco una de las bolas, me mancho la mano y veo, en
esa parte donde he tocado, que hay más claridad. Insisto
pasándole la mano varias veces y se pone la bola más banca
que la Marco declarando ante el juez. Y qué descubro, que la
bola tiene más mierda que el palo de un gallinero.
Dicen que pisar una mierda trae una gran suerte, pues me
estoy viendo, ya con claridad, a unos personajillos que
están de mierda hasta el cuello y no creo que eso les vaya a
dar mucha suerte ,sino todo lo contrario.
Y la mierda donde más se da es en la basura. Oiga, amigo
guardia, que te metes en un basurero y sale de mierda hasta
los ojos y , ni que decir tiene, sales oliendo una jartá de
mal, más mal olor que un cerdo matado a pellizcos. Oiga, por
mi santa, sin señalar que está feo y, después, pasa lo que
pasa ¡que mal huele la basura!.
Y huele peor, aunque algunos puedan creer lo contrario si en
esa basura existe alguna fruta podrida. Una manzana por un
suponer.
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