Las obras del ‘morabito’ de Sidi Embarek, el pequeño templo
ubicado en el mausoleo de la barriada y pegado a la
mezquita, están ya casi finalizadas. La rehabilitación del
templo, que fue destruido a causa de un incendio provocado
el pasado mes de enero, está muy avanzada y sólo le resta la
última capa de pintura, tanto al ‘morabito’ como al barracón
contiguo, por lo que las obras podrían finalizar esta misma
semana.
La remodelación del morabito contó con un presupuesto de
50.000 euros aportados por la Ciudad y supuso la limpieza
del habitáculo y de los escombros, la reposición de los
azulejos del exterior y la preparación del repello y el
alumbrado, además de la colocación de un verja delante del
templo para evitar nuevas intromisiones e incidentes como el
del pasado mes de enero. Este trabajo estuvo promovido por
la consejería de Cultura, aunque contó con la dirección
técnica del arquitecto de Fomento.
El responsable del cementerio, Abdeselam Mohamed, consideró
durante el desarrollo de la obra que “se estaba actuando
bien y respetando la estructura del edificio, principalmente
el interior, donde se halla la zona más antigua y delicada
del templo, ya que sostiene la cúpula”.
El ‘morabito’ de Sidi Embarek cuenta con una sala más
antigua que el propio cementerio que puede tener unos 400
años, por lo que su valor histórico y cultural se añade al
religioso, al ser utilizado por algunos vecinos para
realizar sus rezos.
El pequeño santuario del cementerio de Sidi Embarek ha
sufrido ya dos intentos de incendio. El primero tuvo lugar 4
ó 5 meses antes del que ahora reparan, hacia el mes de
septiembre de 2005. En esta ocasión los autores colocaron
una bombona de camping gas sobre otra encendida y se
marcharon aguardando la explosión, pero ésta no se produjo
porque el guarda del cementerio llegó a verlas y apagó la
bombona a tiempo.
En esta última ocasión, el incendio sí llegó a propagarse.
Los autores forzaron la puerta del pequeño santuario y
provocaron las llamas en un pequeño cuarto interior
rociándolo de gasolina. En ambos casos, la Policía no
descartó ninguna hipótesis, ni de la razón ni de los autores
del delito, y se supuso que podían ser personas del propio
barrio o, al menos, de Ceuta; pero en ninguno de los casos
se logró encontrar a los culpables.
|