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SOCIEDAD - LUNES 3 DE ABRIL DE 2006


VICTOR MONTERO. el pueblo

EDUCACIÓN / PREMIOS
 

“Siempre he vivido cerca
del mar, quiero ser biólogo”

Victor Montero fue primer clasificado en el segundo premio de la Olimpiada de Biología
 

Los premios siempre exigen un esfuerzo. Así lo ha demostrado Victor Montero (Ceuta, 1988) al resultar, para su asombro, primer clasificado del segundo premio de la Olimpiada Nacional de Biología. La primera edición del certamen, que se celebró, el pasado mes de marzo, en las islas Canarias, ha supuesto “toda una sorpresa” para el joven “gracias al buen ambiente general y los buenos recuerdos” que le quedan del encuentro entre Comunidades Autónomas.

El joven, que cursa segundo de Bachillerato en el instituto ‘Siete Colinas’, reconoce que no se esperaba ganar; “esa no era mi meta, pero una vez en la olimpiada, quise dejar a mi ciudad en lo más alto del listón”.

Junto a él, otros tres alumnos del centro, dedicaron dos meses del curso escolar para prepararse. Cada tarde, pruebas de laboratorio y ratos de estudio por su cuenta. La profesora de Biología fue “un gran apoyo”, asegura Montero.

Tras clasificarse en la selección autonómica del concurso estudiantil, comenzó la cuenta atrás para la prueba nacional. Pero, al llegar a Canarias “las cosas fueron muy diferentes porque todos iban a participar y disfrutar, no a ganar”, recuerda.

La olimpiada se desarrolló, a lo largo de tres días, en la universidad de Ciencias de las islas Canarias, (parte teórica, prácticas en laboratorio y entrega de premios) alternados con visitas culturales por la zona. “Fue una experiencia inolvidable”, resume Montero.

Lo que el joven estudiante de Ciencias no imaginaba, era que su puesto clasificatorio equivalía a ser reserva para el concurso internacional que se celebrará en julio, en Argentina. “Así que me sigo preparando, pero con más calma”.

De vista al futuro, sabe cual va a ser su profesión, pero prefiere mirar al presente más próximo: la selectividad.

Agua

Una vez superados los exámenes de junio, la participación en la Olimpiada deriva en otro regalo para Montero: una beca universitaria. En el caso de obtenerla, elegirá entre Granada o Madrid como ciudad de residencia. La carrera la tiene clara: Biología. “No ha sido casualidad que me haya salido bien todo el recorrido del certamen. No me hace falta estudiar, nunca he tenido problemas y, además, mis compañeros me han apoyado muchísimo”, asegura.

“Siempre he vivido cerca del mar, lo mio es el agua; quiero dedicarme a la Biología marina o al campo de la genética”, manifiesta expectante.

Sabe que le queda “mucho por aprender”, pero asume que “es importante confiar en uno mismo y estar seguro de lo que haces”. La capacidad y el interés conjugados.
 

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