El santuario del cementerio de la
mezquita de Sidi Embarek sufrió el pasado día 2 una
tentativa de explosión por parte de unos desconocidos que
colocaron en el interior del templo dos bombonas de butano,
una sobre otra. La que estaba situada en la parte inferior
contaba con un hornillo encendido que recalentaba la que
habían colocado en la parte superior, según ha informado el
encargado de cuidar el edificio.
Ahmed Ahmed El Haddad, guarda de la mezquita desde hace 25
años, se disponía a entrar a primera hora de la mañana al
templo cuando al abrir la puerta sintió un fuerte calor. Al
ver el dispositivo, apagó rápidamente la bombona y abrió las
ventanas para ventilar el recinto. En una primera inspección
descubrió la ventana rota, por la que habían entrado los
intrusos, y una llave de un automóvil que pudo caerse a los
autores del hecho.
Ante la llamada de Ahmed Ahmed, la Policía Nacional se
personó en Sidi Embarek y recogió huellas de las bombonas,
de seis kilogramos cada una, la ventana y la llave
encontrada. El guarda realizó la denuncia pertinente y ahora
está a la espera de noticias de la brigada de la policía
científica que investiga las pruebas recogidas en el lugar
de los hechos.
“Fanático religioso”
Ahmed Ahmed sospecha que la acción ha podido ser obra de
algún “fanático religioso” que ha pretendido destruir el
templo. Hasta el momento la mezquita no había sufrido
incidentes de este tipo salvo dos intentos de robo en los
que se llevaron dos lámparas y un reloj, según afirma el
propio encargado de guardar el santuario. La Policía
Nacional investiga los hechos y por el momento no hay
conclusiones.
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