El portavoz de la Confederación
Española de Policía, Rodrigo Gavilán, aseguró ayer en una
entrevista mantenida en Onda Cero y que reproduce el diario
‘Melilla Hoy’ que la avalancha de inmigrantes ocurrida en
Melilla el pasado lunes "no será la última".
Gavilán afirmó que ni en Ceuta. ni en Melilla hacen falta
más agentes policiales, guardias civiles, aumentar la altura
de la valla o destinar más presupuesto a reforzar la
vigilancia fronteriza porque \"lo que hay que hacer es dejar
de regalar permisos de residencia a extranjeros\", dijo.
Gavilán señaló que tanto en Ceuta como en Melilla, los miles
de subsaharianos que han saltado la valla desde el año 2000
hasta 2004 han conseguido documentación gracias al proceso
de regularización documental abierto este año por el
Gobierno central. Este proceso ha provocado un efecto
llamada en “sus familiares, vecinos y amigos” y "ha abierto
la caja de Pandora a los países centroafricanos".
El portavoz policial aseguró que la solución para evitar la
presión migratoria es evitar cualquier proceso de
regularización en un futuro y eliminar la figura del arraigo
que aparece recogida en el Reglamento de Extranjería en su
artículo 42, según el cual, todo aquel extranjero en
situación irregular que demuestre que lleva dos años en
España de manera continuada y aporte una oferta de trabajo
será regularizado.
De este modo, "los que salten la valla y se escondan durante
dos años de la acción de la administración pública y además
consigan una oferta de trabajo, podrán regularizarse" y a
los diez años obtener la nacionalidad española.
Avalanchas
El portavoz del Cuerpo policial también explicó que el
método de avalancha utilizado en los últimos meses por los
inmigrantes para entrar bien en Ceuta o bien en Melilla se
debe a que estas personas han comprobado que es más efectivo
a la hora de poder lograr su objetivo.
Gavilán señaló que el convenio suscrito entre España y
Marruecos en 1992 establece que el país alauí tiene la
obligación de acoger a todo extranjero que salte las vallas
fronterizas de Melilla o de Ceuta si la Policía Nacional o
la Guardia Civil lo interceptan de manera inmediata, esto es
a los 15 ó 20 minutos de entrar, y son capaces de demostralo.
“Antes saltaban en grupos de 15 o de 20 y la Policía sí
podía detenerlos, a uno por agente, pero ahora saltan en
grupos de 200 y la Guardia Civil sólo puede detener a 20 ó
25”. Gavilán manifestó que el resto de inmigrantes se
esconden en la ciudad un día o dos y luego “son ellos los
que se presentan a la Policía para que les abran un
expediente de expulsión y evitar que sean devueltos a
Marruecos”. Estos inmigrantes llegan a estas dos ciudades
sin pasaporte y “se entregan voluntariamente porque saben
que no les podemos expulsar”. Cuando salen de las ciudades
autónomas, son trasladados a un Centro de Internamiento de
la Península durante 40 días hasta que se resuelve su
expediente pero, al no tener la documentación, “se
convierten en ciudadanos en libertad en Europa inexpulsables”
y sin documentación.
Marruecos
El portavoz de la Confederación Española de Policía también
mencionó la necesidad de exigir al Gobierno marroquí que
cumpla con sus compromisos bilaterales con España
desplegando los correspondientes operativos policiales para
evitar que al otro lado de la frontera “haya agrupaciones de
dos mil o tres mil subsaharianos viviendo en Beliones o en
el Gurugú en condiciones infrahumanas esperando a saltar a
suelo español”.
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