Como consecuencia de que en esta
pequeña ciudad tenemos que vernos todos, casi todos los
días, podemos ver y comprobar en nuestro deambular cotidiano
la falta de educación y cortesía que solemos demostrar con
nuestros prójimos.
Además tenemos la mala suerte que convivimos miembros de
diferentes instituciones jerarquizadas pertenecientes a la
Administración del Estado, que tienen regulada por ley
determinadas formas protocolarias, y cuya falta de
cumplimiento repercute tanto en la convivencia del
trabajador por cuenta privada como los que pertenecen a eso
tan grande y amorfo que se llama el funcionario publico.
Para ver si somos capaces de mejorar nuestra convivencia,
por eso de que la educación es parte fundamental para el
entendimiento y la comunicación entre los seres humanos, así
como que en Ceuta hemos explotado un premio llamado
"Convivencia", que tiene de todo menos eso, voy a intentar
expresarme en voz escrita con el fin de mejorar mi urbanidad
y mi cortesía.
Desde que el hombre comienza a comunicarse con los demás,
primero con signos y luego con el lenguaje, siempre uso de
ciertas normas o reglas que J. R. Searle califica de dos
formas: unas llamadas regulatorias, que controlan las
acciones humanas, las cuales determinan y anticipan los
comportamientos al interior de una actividad compartida, y
otras llamadas constitutivas, que además de regular la
conducta, crean y definen nuevas formas de acción.
Estas normas lingüísticas se traducen inmediatamente en una
ACCION: dar órdenes, saludar, despedirse, prometer,
amenazar, ofender, regañar, aconsejar, etc.
Así mismo, se utilizan gestos, ademanes y demás objetos de
la ritualidad conversacional para construir expresiones
corteses, que configuran una estructura sígnica paralela, y
en cierta forma redundante, necesaria para lograr las
condiciones de felicidad y armonía con el OTRO.
El comportamiento cortés en la sociedad se constituye en un
hecho fundamental para las relaciones sociales, y todo
individuo intuitivamente lo utiliza para proteger su imagen
o mejorarla dentro del grupo donde se desenvuelve, y se crea
la necesidad de saludar, los gestos reverente y en general
todas aquellas formas del lenguaje tendientes a afirmar y a
estrechar las relaciones individuales y con el grupo.
La práctica de la cortesía, como parte de la gramática
social, demanda, en nuestro medio, el uso de ciertas
expresiones lingüísticas como: por favor, muchas gracias, es
tan amable, tenga la bondad, perdón; las cuales al
combinarse con las expresiones gestuales como mostrar las
palmas de las manos, levantar las cejas, sostener los ojos
muy abiertos, cabecear en sincronización con las expresiones
del emisor en señal de aprobación, hacer inclinación leve de
cabeza como muestra de respeto y asentimiento, arrugar la
frente para indicar atención, juntar las manos expresando
satisfacción, sorpresa; mirar a los ojos y sonreír, apretar
la mano del otro en señal de aprecio, colocarse de frente a
los demás cuando se está en grupo (no dar la espalda); se
constituyen en signos que implican una relación amable y un
sentimiento de camaradería, las cuales hacen que el
interlocutor se sienta bien, y como consecuencia de ello,
adopte la actitud de cooperar solidariamente en el
intercambio y acoja favorablemente las opiniones y conceptos
formulados por el emisor. Esto último se ve favorecido por
cuanto el destinatario piensa bien del emisor, se siente su
amigo y expresa su solidaridad, inclusive participando
activamente en el evento de comunicación.
La expresion mas significativa y apreciada por todos como
sinonimo de una BUENA EDUCACION es sin duda el SALUDO.
Expresion gesticular acompañada de palabra, signo de respeto
y aprecio hacia el otro.
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