En un par de meses, la empresa de origen vasco, Mejillones y
Mariscos de Ceuta S.L., pondrá en marcha la instalación de
las primeras cinco bateas para el cultivo del mejillón en
las aguas del Estrecho concretamente en la zona norte de la
bahía del Calamorro según anunciaron ayer los
representantes de la sociedad (creada para tal fin), tras la
reunión mantenida ayer con el delegado del Gobierno,
Jerónimo Nieto y el presidente de la Cámara de Comercio,
Luis Moreno.
Se trata de una primera fase del proyecto que preveé
instalar “de aquí a tres años un total de 150 bateas” para
la crianza del mejillón una vez un equipo de expertos
estudie la viabilidad del proyecto tras el análisis del
impacto medioambiental en las aguas de la zona del Estrecho
de Gibraltar y “con vistas a la evolución del ciclo de cría
del mejillón”, según explicó ayer Andrés Unzalo, presidente
de la citada sociedad, junto a su progenitor Victor Unzalo.
Equipo directivo que espera la concesión de la autorización
de la consejería de Medio Ambiente, último trámite
administrativo y burocrático para la puesta en marcha del
engranaje del proyecto piloto de miticultura “después de
tres y año medio de negociaciones con las autoridades
competentes en la materia” en la región autónoma. El
delegado del Gobierno, Jerónimo Nieto, expresó la
conformidad de la puesta en marcha del plan ofreciendo la
colaboración “y todas las facilidades y los trámites que se
tengan que hacer en el menor tiempo posible para agilizar el
proceso de esta primera fase experimental” apostilló ante el
interés mostrado por los empresarios vascos desde un primer
momento “y todos los estudios presentados previos”.
Lo notorio y relevante de este ambicioso proyecto es la
repercusión económica y social que permitirá el despegue
económico de la ciudad a través de la creación de hasta “mil
puestos de trabajo entre empleos directos e indirectos”-
según manifestó Moreno - plantilla que permitirá generar una
producción de mejillones que oscilará entre 15.000 y 20.000
toneladas anuales.
Una vez resuelta las cuestiones de orden burocrático, los
empresarios traerán las cinco bateas desde Galicia por mar
“para después instalarlas en las coordenadas
correspondientes con un sistema GPS”, según describió ayer
el presidente de la compañía miticultora, Unzalo.
La problemática de la saturación de bateas en la costa
gallega obligó a los empresarios vascos a buscar una costa
alternativa. A raíz de esta situación, las miradas se
desviaron al espacio marino del Estrecho por las
peculiaridades de las aguas de Ceuta, que a diferencia de la
ría, tiene gran circulación de agua por el emplazamiento de
unión de los dos océanos, que redunda en la mejora del plan
de crianza.
Las denominadas bateas, que se construirán en la región
gallega, son unas plataformas de vigas de eucaliptos
sostenidas sobre unos bidones vacíos (que hacen el efecto de
boyadura marítima), unidas a un peso de cemento que se pone
en el fondo marino.
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La exportación del producto deja paso a la industria
auxiliar
La crianza del mejillón lleva
consigo la exportación, se trata por tanto de dos líneas de
negocio que abarca la proyección del proyecto. En el
segundo campo, irrumpe por tanto el capítulo de la industria
auxiliar “que puede transformar el mejillón y que”, en
palabras del presidente del órgano cameral “puede ser tan
importante como la propia instalación de la planta”. La
congelación del mejillón para su exportación posterior, en
auge en el marco actual de la actividad industrial, así como
el aterrizaje de empresas de conservas, son algunos de los
negocios que completarán el plan de cría del mejillón. No
obstante, el inicio de las actividades del plan piloto
tendrá lugar a inicios del mes de noviembre. La Ciudad, ya
recibió el respaldo favorable de los organismos competentes
en materia de sanidad, navegación, turismo, salud pública y
protección del patrimonio.
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