El Curso Internacional de Arqueología Clásica, organizado
por la Universidad de Cádiz y la Junta de Andalucía, comenzó
el pasado lunes con la colaboración del Instituto de
Estudios Ceutíes. El ciclo formativo se lleva a cabo en el
yacimiento arqueológico tarifeño Baelo Claudia a jornada
completa hasta el sábado día 24 de septiembre.
Es el sexto año consecutivo que la Universidad de Cádiz, la
Junta de Andalucía y el Instituto de Estudios Ceutíes
organizan este curso, abierto a “alumnos universitarios de
licenciaturas relacionadas con la arqueología: historia,
patrimonio, humanidades o afines”, explica Darío Bernal,
miembro de la organización.
El ciclo de formación consiste en actividades prácticas
volcadas en la excavación y una parte teórica con visitas
culturales de diversa entidad y ciclos de conferencias.
El Instituto de Estudios Ceutíes colabora organizando la
visita a yacimientos que, normalmente, pertenecen a la
ciudad autónoma de Ceuta. Los quince alumnos que participan
en esta nueva edición del curso visitarán este sábado los
tesoros de la ciudad. “Los jóvenes que vienen a trabajar en
esta zona están interesados en el estudio del círculo del
Estrecho y su antigüedad, y poder conocer los yacimientos
de una ciudad del norte de África como ésta es una
oportunidad de oro”, comenta Darío Bernal.
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Casi 100 solicitudes para quince plazas
El éxito de este Curso
Internacional de Arqueología Clásica se repite año tras año
y en cada edición los organizadores deben hacer una
selección por currículum de los candidatos a participar en
el ciclo. “Siempre ocurre lo mismo porque la ciudad Baelo
Claudia es un lugar muy bien conservado cuyo estudio supone
una oportunidad de oro para cualquier estudiante de
arqueología”. La organización no se plantea ampliar las
plazas de cara a futuras ediciones, “porque el trabajo que
realizamos es de tipo científico y para que se pueda atender
a todos los alumnos, de manera que el curso sea útil para
todos ellos, hay que organizarlo en tres grupos de cinco
personas”, explica Darío Bernal.
Cada año, alrededor de 80 estudiantes presentan la
preinscripción pero sólo 15 de ellos son seleccionados por
expediente académico y experiencia en arqueología
hispanoromana.
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