Si bien la noticia de la evolución
del macro puerto, en construcción, en Tánger -el ‘Tánger-Med’-
ha venido suscitando recelos entre el sector económico tanto
de Algeciras como de Ceuta, el acuerdo de buena voluntad
alcanzado el lunes entre los puertos de Algeciras y de
Tánger, provocan cierto sosiego en el citado entorno.
Aunque analizaremos más detenidamente y con la tranquilidad
necesaria el contenido del convenio suscrito entre ambos
entes portuarios, a priori, no parece mal asunto el hecho de
que tanto Algeciras como Tánger hayan entendido que el
Estrecho y sus puertos (Ceuta, Gibraltar y Tarifa, además de
los dos principales ya citados) deben entrar en colaboración
estrecha y aprovecharse de las sinergias que fluyan como
consecuencia del movimiento generado entre todos, al objeto
de erigir la zona del Estrecho en una de las más importantes
del mundo en cuanto a tráfico de buques con el activo
añadido que ello genera.
En principio, la apuesta prevista para el próximo lustro,
supone los primeros parámetros hacia donde converjan los
intereses mutuos de los puertos ubicados en los distintos
márgenes del Estrecho de Gibraltar.
Los de Ceuta, Gibraltar, Tarifa, Algeciras y Tánger-Med
pueden erigirse en los principales puertos del mundo si
logran, unidos, atraer el mayor tráfico de buques de
contenedores, pasajeros y bunkering hacia este concreto y
concéntrico punto de la geografía mundial que conforman
-repetimos- los márgenes europeos y norteafricanos del
Estrecho.
Ceuta tiene aún mucho recorrido que realizar. La ampliación
del muelle de cara a la opción de disponer una completa zona
de contenedores le dotaría del activo necesario y lo
prepararía para los nuevos tiempos que se aproximan donde,
en una economía globalizada, la unidad de los más adaptados
a las necesidades de los mercados, proveerá de beneficios
generales a su inmediata zona de influencia. Ceuta y su
puerto necesita del empujón institucional apropiado.
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