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OPINIÓN - MARTES 6 DE SEPTIEMBRE DE 2005

OPINIÓN / SIN MIEDO

El problema de Ceuta no es Marruecos
 


Jorge Pérez Blanca
jorgeperezblanca@elpueblodeceuta.com
 

¿Quién es Máximo Cajal?:

Máximo Cajal ha desarrollado una intensa y nefasta carrera diplomática. Fue embajador de España en Guatemala durante el asalto por soldados guatemaltecos que costó la ruptura de relaciones diplomáticas en 1980. Cajal es responsable indirecto por la muerte del agregado de Embajada de España en Guatemala. De hecho todos menos él, murieron acribillados y quemados por el ejército guatemalteco. Cajal se había metido previamente en la boca del lobo, debido a que mantenía extrañas relaciones con la guerrilla marxista sin tener en cuenta su condición de diplomático, ni el riesgo físico para la gente entonces a su cargo.

Si él como embajador, era el responsable de las vidas de los hombres que trabajaban para España ¿Por qué no fue juzgado?, ¿Por que no se le ha inhabilitado para el ejercicio de la Carrera Diplomática? Debería estar en la cárcel, y como pasa siempre en esta época de inversión de valores que nos toca vivir, fue premiado, siguió ganando billetes que es lo que importa, continuó su guerra diplomática contra los Estados Unidos y siguió vendiendo a España, a Ceuta y a Melilla, a Marruecos. También fue presidente de la Delegación Española para la reducción de bases norteamericanas, subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores del 91 al 94, embajador de España en Francia del 94 al 96 y director adjunto del gabinete técnico en la Subsecretaría de Asuntos Exteriores.

Es un Anti-Norteamericano que va haciendo proselitismo de la doctrina pacifista-socialista con nuestro dinero. El 16-6-03 en un artículo sacado en la multicopista revolucionaria del PSOE, es decir EL PAIS, dice:

“¿Qué otra cosa, que no sean infraestructuras, puede aportar España a Estados Unidos aislada de la Europa primordial, como corre el riesgo de estar por exclusiva voluntad de sus gobernantes? ¿Qué peso específico podemos aportar a tan desigual alianza? ¿Esperamos acaso que nos secunde ese puñado de nuevos socios y aliados europeos, que si hoy miran más al otro lado del Atlántico por su trágica experiencia pasada, más tarde o más temprano cambiarán de referencia y acabarán por incorporarse decididamente a aquella Europa? ¿Cree alguien seriamente que nuestro valedor será el Reino Unido, olvidando unos y otros el grave contencioso que nos separa y, ahora más si cabe, dada su decisiva dimensión geopolítica? ¿O acaso intervendrá nuevamente Washington en nuestros pleitos, hispano-británico esta vez, imponiéndonos de nuevo el status quo disfrazado ahora de condominio?

El día 21-de Marzo-2004, también en EL PAIS, solo 10 días después del asqueroso y repugnante atentado del 11-M, pone el dedo en la llaga de la DESINFORMACIÓN haciendo política revolucionaria, para justificar el triunfo del PSOE: “Pero también hemos visto y leído otras cosas. Una mal disimulada satisfacción por el vuelco electoral en muchos Gobiernos, socios unos, aliados otros, o simplemente amigos. Y titulares y viñetas que, a mí al menos y más allá de las ideas políticas, me han dolido como ciudadano, porque hablan de mentiras de Estado, del mío, de España, y retratan al todavía presidente del Gobierno, del nuestro, como a un Pinocho cogido en falta. Y me duele, y me avergüenza, porque el pueblo español no merece verse encarnado en esta imagen imborrable de aquel en quien había depositado mayoritariamente su confianza y que, siquiera sea por unas pocas semanas, sigue representándonos en los foros internacionales.”.
 

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