“De mayor quiero ser bombero”. Esa era la frase que más se
oyó durante la mañana del domingo en las Murallas Reales.
Cientos de niños, acompañados de sus padres, se agolpaban
junto a los camiones del cuerpo de bomberos para comprobar
qué era lo que había en su interior y cómo hay que actuar
ante un incendio. A las doce de la mañana, la puerta que da
acceso a las Murallas estaba rodeada por una larga cola de
pequeños que esperaban nerviosos para montarse en el camión
que les paseaba por varias calles aledañas.
Muchos llenos de espuma tras asistir al baño de la piscina
situada en centro del recinto, otros con la cara recién
pintada en el taller infantil y otros tantos agotados por
las carreras y concursos que se realizaron a lo largo de la
mañana. Los rostros de todos ellos mostraban, en cualquier
caso, admiración por los que, según ellos, eran los héroes
de la jornada y no dejaban de contemplar, boquiabiertos, los
simulacros que realizaban.
Durante la jornada se proyectaron en el interior del museo
vídeos sobre prevención de incendios y sobre el día a día
de la profesión. Además, los más mayores pudieron también
asistir a una exposición fotográfica. Pero sin lugar a
dudas, la puesta en práctica de los conceptos que trataban
de inculcar en los vídeos, fueron los que más éxito
tuvieron. En el taller sobre orientación en humo,
enseñaron, mediante el juego del simulacro, los riesgos
originados por el humo, que es la principal causa de muertes
en los incendios de edificios. Por otra parte, varios
bomberos, sartén y extintor en manos, mostraron a un
entusiasmado público cómo acabar con un fuego en una cocina.
Pero sin lugar a dudas, la actividad que causó más
admiración de la jornada fue el simulacro de rescate
vertical, el descenso en rapell desde el coche escala y el
ejercicio de excarcelación de coches, que imitaba un
accidente de coches, que tuvo lugar a las cinco y media de
la tarde.
Los bomberos presentes en las jornadas aseguraron que a lo
largo de estos días han pasado por las Murallas unos 3.000
ceutíes y que se han visto desbordados por la cantidad de
personas que han participado en todas las actividades.
“Nunca nos hubiésemos imaginado que iba a participar tanta
gente”, explicaban.
A las siete de la tarde hizo su aparición el presidente de
la Ciudad, Juan Vivas, quien dio la enhorabuena a los
bomberos por el éxito alcanzado y les agasajó por la labor
que realizan diariamente. La jornada cerró sus puertas a las
nueve de la noche tras dos intensos días de juegos,
simulacros y talleres en los que, además de aprender sobre
la profesión, consiguieron convertir un fin de semana
cualquiera de septiembre en todo un acontecimiento para
grandes y pequeños.
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