Cambiar la imagen de una ciudad,
Ceuta, ligada en los últimos treinta años al bazar, al
comercio en su máxima extensión de licores, tabacos,
electrónica, parágüas... de la que sacó sus réditos en los
finales de los 70 y la década de los 80, es tarea
complicada. Una ciudad, la nuestra, que no ha evolucionado a
ritmo peninsular por un más que extenso cúmulo de
circunstancias, quedó un tanto atascada cuando los
visitantes, por miles cada fin de semana, fueron diluyéndose
como un azucarillo dejando a Ceuta en una situación
económicamente difícil.
Gibraltar, los precios más elevados en el tránsito por el
Estrecho, la evolución económica del país con la llegada de
multinacionales, grandes superficies comerciales, la
eliminación de las famosas ‘juras de bandera’ y otro largo
etcétera de condicionantes políticos, se encargaron de
eliminar el turismo de compra que era, por cierto, el único
existente.
Retomar Ceuta como destino turístico (cultural, histórico y
hasta de sol y playa) es una tarea realmente árdua, sobre
todo, por el gran retraso que llevamos en este particular
campo. Poco a poco, Ceuta va recibiendo turistas. Parece no
apreciarse, pero a lo largo de este verano, los hoteles de
la ciudad han venido acogiendo a visitantes de fin de
semana, nacionales y extranjeros que han utilizado a Ceuta
como base de sus propios itinerarios por el vecino
Marruecos. Los contactos con la Costa del Sol; con la
agencia turística del vecino país; con el sector de la
Tercera Edad; con la participación en las distintas ferias y
muestras estan recogiendo los primeros frutos.
Pero el Turismo necesita, además de los esfuerzos ímprobos
de la Viceconsejería, de una concienciación absoluta de
todos los sectores. La política turística de una región es
tan transversal que todas las Consejerías trabajan para
aportar decididamente hacia la evolución de este sector. Si
bien Ceuta tiene mucho que ofrecer en el capítulo del
turismo cultural e histórico, también -por su maravillosa
ubicación como puerta del Mediterráneo-, la Ciudad debe
apostar, de igual modo, por el Turismo activo. Deportes como
el buceo, la vela o el senderismo... cuentan ya con una
buena infraestructura natural como base que puede y se debe
aprovechar.
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