Hace ya 85 años que se alistaba el
primer legionario en la Unidad visionada por el implacable
Millán Astray quien desde el desbarajuste español del 98,
con las pérdidas de Filipinas y Cuba -él estuvo en
Filipinas- ideó, masculló, preparó y alentó, hasta culminar
en el definitivo permiso real, la necesidad de que España
debiera contar con una unidad profesional, de élite, cargada
de bravura, plena de ideales patrios en el que la muerte -a
la que no hay que temerle porque llega si dolor- sería una
leal compañera al lado de todos y cada uno de los miles de
caballeros legionarios que la han ‘besado’, unidos a los
guiones legionarios, a lo largo de su octogenaria historia.
Astray también ideó, redactó y convirtió en filosofía de
vida legionaria, el llamado espíritu legionario basado en el
ancestral y legendario ‘Bushido’ japonés.
Sin temor al empuje, La Legión ha ido avanzando a lo largo
de su historia, en base a glorificar el nombre de España en
todos y cada uno de los históricos ‘blocaos’ donde, cuerpo a
cuerpo, defendió la posición española en el norte de Africa.
Con el paso de los tiempos y fruto a su fidelidad de
servicio a España, La Legión se ha adaptado a los tiempos
-manteniendo su valeroso espíritu- erigiéndose en una de las
unidades de referencia del Ejército de nuestro país. Como
miembro de las Fuerzas de Acción Rápida, La Legión se ha
ganado el respecto no sólo entre las unidades de nuestro
país, sino también entre los ejércitos de países adscritos a
la OTAN o a la EUROFOR. Su participación en misiones
arriesgadas, siempre en primera línea en países como la
extinta Yugoslavia, Afganistán... le ha llevado a tal
consideración.
Hoy se cumplen 85 años de su fundación. La ‘Posición A’
vivirá, un año más, con emoción, el paso cadencioso, rítmico
de los gastadores de La Legión rindiendo culto a los caídos
y portando al Cristo de la Buena Muerte como sólo los
legionarios saben portarlo. España celebra, no sólo su
aniversario, sino además, el que La Legión exista y forme
parte de sus unidades militares de élite, en las que, con
orgullo, se sigue entonando aquéllo de que ‘La Muerte no es
el final’ sobre todo si esta llega sirviendo la causa de
España.
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