Dos días permanecerá, Ramón Luis
Valcárcel en la Ciudad Autónoma de Ceuta. Presidente de la
Comunidad murciana y, a la sazón, máximo responsable de la
Comisión de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, el
visitante de excepción ha tenido gran preocupación por los
asuntos que afectan a nuestra ciudad de la que es ‘buen
amigo’. Los contínuos contactos con Ceuta con motivo, entre
otros, de los encuentros habidos como consecuencia de
coincidencia participativa en eventos turísticos (Fitur, o
la Feria de Turismo de Torrepacheco, amen de las estrechas
relaciones entre sendos departamentos de Turismo bajo el
auspicio de un similar Plan Director seguido en Ceuta a
imagen del desarrollado en Murcia y, en concreto, en
localidades como Lorca) han hecho que las relaciones
institucionales se hayan estrechado considerablemente. Y
todo ello, coadyuvado, por la sincronía política basada en
en un gobierno autónomo del Partido Popular.
Si de algo sabe bien Murcia, amen de su inigualable
‘huerta’, es de Turismo. La Murcia de sus pueblos: Totana,
Torrepacheco, Alhama, Fuente Álamo, Molina de Segura, Ceutí,
Alcantarilla... La Murcia del mar: Mazarrón, La Manga, Los
Alcázares, San Pedro del Pinatar, San Javier, Aguilas... La
Murcia de sus ciudades con la propia Murcia, Cartagena,
Caravaca..
Murcia ha sabido rentabilizar sus potencialidades turísticas
y erigirse en uno de los destinos preferidos. Pero en los
últimos años, la región ha visto incrementada la presencia
de inmigración (mano de obra para la huerta). La comunidad
acoge ya a miles de inmigrantes regularizados o no y padece
también la presión migratoria como consecuencia de la
evasión de nativos del norte de África fundamentalmente.
Ceuta conoce muy bien, como Melilla, el fenómeno de la
inmigración. Dos ciudades a las que les ha caído la
responsabilidad de ser gendarmes de Europa pese a que Europa
no termina de reconocer, como debiera hacerlo, tal
disponibilidad y tal efecto negativo en su población. Algo
que bien podrá transmitir el propio Valcárcel en Bruselas.
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