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SOCIEDAD - DOMINGO 18 DE SEPTIEMBRE DE 2005


Ante el Cristo de la Buena Muerte. REDUAN.

SOCIEDAD / LXXXV ANIVERSARIO DE LA LEGIÓN
 

Todo confluyó para que se
creara en 1920 La Legión (y II)

Los problemas en el flanco sur de España y en el propio país en 1909 donde proliferaban las revueltas callejeras reforzaron la idea de una unidad profesional
 

CEUTA
REDACCIÓN

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De esta forma y con fecha 28 de enero de 1920 un Real Decreto recoge el siguiente texto \"con la denominación de Tercio de Extranjeros se creará una unidad militar armada, cuyos efectivos, haberes y reglamento por el que ha de regirse serán fijados por el Ministro de la Guerra\" breve texto cuyo objetivo queda magníficamente explicado en la exposición que precedía al Real Decreto \"(...) disminuir los contingentes de reclutamiento en nuestra Zona de Protectorado en Marruecos, inclina al Ministro que suscribe a aconsejar, como ensayo, la creación de un Tercio de Extranjeros...\".

Para que la Legión no quedara en \"ensayo\", era necesario que, quien tenía la responsabilidad de llevarlo a termino, de probada valía, tuviera el apoyo de hombres de gran talla militar. El destino hizo coincidir, tiempo atrás, al Comandante Millán Astray con el Comandante Francisco Franco en un curso en la Escuela Central de Tiro.

La amistad cuajada en este encuentro, serviría posteriormente para que Millán Astray ofreciera el puesto de lugarteniente a Franco, que fue, sin duda, piedra angular en la exitosa organización de la Legión.

Muchas debieron ser las dificultades que se vencieron, ya que no fue hasta el 20 de agosto de 1920 cuando se publica un Real Decreto cuyo primer artículo dice \"Se procederá desde luego a la organización de la citada unidad...\" su redacción, sin duda, da referencias del tesón del fundador.

El artículo 3º encierra, entre sus líneas de marcado carácter económico, las razones que motivaron la creación de la Legión: \"El aumento del gasto que ocasione la creación de la citada unidad será compensado con las economías que se obtengan, como consecuencia de dejar sin cubrir todos las bajas que ocurran en las tropas peninsulares de África durante el actual ejercicio, por repatriación de unidades, y, entretanto, por el licenciamiento de individuos del tercer año de servicio en las referidas tropas, en la proporción de dos de éstos por cada soldado filiado en el Tercio.\"

Unas semanas mas tarde, el 2 de septiembre, es nombrado mando del Tercio el ya Teniente Coronel de Infantería Don José Millán Astray Terreros. La Legión estaba definitivamente en marcha y dos días después aparece en el Boletín la organización del Tercio de Extranjeros del que debemos destacar, entre sus 46 reglas, la número 2: \"Este cuerpo habrá de emplearse tácticamente como de primera línea y en todos los servicios de paz y guerra, sin otro límite que el de su utilidad militar\", muestra de la que será en adelante obsesión del fundador: Imbuirla de un elevado espíritu militar y ofensivo, de entrega y sacrificio permanente. Objetivo que consiguió brillantemente y a lo que contribuyó, de singular manera, el Credo Legionario por él redactado.

Si bien este Real Decreto determinaba como fecha de inicio de la recluta el 4 de octubre, fue tal el éxito inicial que el día 20 de septiembre se produjeron los primeros alistamientos, iniciándose la andadura real de la Legión.

Los primeros días

El cuartel del Rey en Ceuta es la primera ubicación de la recién fundada Legión. Allí, Millán Astray, con sus primeros oficiales elegidos entre aquellos voluntarios con mejor historial en las campañas de Marruecos, se preparan para, plenos de ilusión, vencer las naturales dificultades de una empresa de esta envergadura.

La recepción de los primeros legionarios esta cargado del espíritu que el fundador quiso dar a su Legión. Se les recibió con frases como \"...combatiréis siempre en vanguardia, la muerte se convertirá en vuestra insuperable compañera. Moriréis muchos, quizá todos...\".

El 10 de octubre se incorpora, como Lugarteniente del Fundador, el comandante Franco. Se hace cargo de la instrucción de la nueva unidad y funda la 1ª Bandera.

Esta, con dos compañías de fusiles al mando de los capitanes Pablo Arredondo Acuña, laureado, y Luis Valcazar Crespo; junto a una compañía de ametralladoras con el Capitán D. Eduardo Cobo Gómez a su frente, marchan el 16 del mismo mes al Campamento de Dar-Riffien. Allí se levantó el acuartelamiento que sería, desde entonces, la casa solariega y entrañable de la Legión.

Las previsiones se ven desbordadas y en apenas dos meses se organizan la 2ª y 3ª Banderas. La Legión ya es una realidad. Ahora solo falta la oportunidad de demostrar su valía, de la que tan seguro estaba su creador. Pero el mando tiene reservas en la utilización de estas novedosas unidades en sus columnas, quedando la Legión relegada aservicios de retaguardia.

El Tercio sufre la primera agresión el 7 de enero de 1921, fecha en la que es atacada una escuadra de la 6ª compañía de la 2ª Bandera, falleciendo el cabo Baltasar Queija Vega, primer muerto de la Legión.

La 4ª compañía de la 2ª Bandera es la unidad legionaria que sufre el primer ataque de importancia. Ocurrido el 16 de enero de 1921 durante una protección de camino entre Zoco el Arbaa y Xarquia Xeruta en la que resultó muerto su capitán, Don Pompilio Martínez Zaldivar. La reacción de la 5ª y 6ª compañías a este ataque fue contundente, retirándose el enemigo diezmado. Esta acción es citada con elogio por el General Berenguer, Alto Comisario, al Vizconde de Eza, Ministro de la Guerra.

Este hecho cambiaría el empleo de las unidades legionarias, pasando desde ese momento a formar parte en las operaciones ofensivas, si bien, y contrariando el deseo de los legionarios, tan solo en la retaguardia del grueso.

Al fin, el 29 de junio de 1921 llegaría la oportunidad en Buharratz, donde la 3ª Bandera quedo en primera línea de fuego a resultas de una maniobra enemiga.

En este combate mantuvo un duelo verdaderamente sangriento que cambia la suerte de la lucha consiguiendo rechazar al enemigo tras infringirle numerosas bajas.

Doce muertos, de ellos un oficial, veintidós heridos incluidos tres oficiales y una Medalla Militar en la persona del capitán de la 9ª compañía D. Camilo Alonso Vega, marca un nuevo estilo. Los legionarios de Millán Astray se consagran como extraordinarios combatientes. En lo sucesivo, ningún general querrá prescindir de una Bandera Legionaria entre las unidades de sus columnas.
 

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