La rueda de prensa se desarrolló
con normalidad, con optimismo tal vez, tras un primer
entendimiento de la propuesta de Zapatero de destinar 50
millones de euros del fondo de un fondo de contingencia para
mejorar el estado de la Sanidad Pública. Los nervios
llegaron más tarde, cuando los periodistas se encargaron de
comunicar al presidente que lo que él creía una bomba,
finalmente sólo resultó un mísero petardo: Ceuta y Melilla
se vuelven de la Conferencia de Presidentes regionales con
el uno por ciento de las cantidades presupuestadas. Lo peor
sin embargo no corresponde al Estado, que ha cumplido con su
promesa de ofrecer alternativas, mejores o peores ya es otra
cuestión, sino a las autoridades ceutíes que, ante la falta
de información, se vuelven con los malos humos de no haber
defendido sus intereses en función de las estrategias
planeadas con la cúpula del Partido Popular en Madrid. Los
dirigentes de la Ciudad Autónoma tienen un nuevo camino por
recorrer en pro de su sanidad, sin embargo, el foro
incomparable de la Conferencia de Presidentes no será el que
recoja el nuevo debate, sino la tediosa ceremonia epistolar
entre el Gobierno autónomo y el Ministerio.
Casi seis horas de debate y una oferta estatal que triplica
la aportación financiera del anterior proyecto no
concluyeron ayer con la unanimidad de las comunidades
autónomas, aunque sí con un ligero consenso que horas más
tarde se transformó en decepción para Juan Vivas y Juan José
Imbroda. Algunos sectores del PP nacional ya tildan el
proyecto de Zapatero como una propuesta trampa que engorda
cifras anteriores sin base sólida. ¿Hasta qué punto puede
afectar a Ceuta el nuevo compromiso del Ejecutivo central?
El próximo Consejo de Política Fiscal, a celebrar el martes,
será el marco adecuado para rechazar una propuesta de
financiación que dignifique la Sanidad de la Ciudad Autónoma
y solicitar a Zapatero mayor claridad en sus proyectos para
con Ceuta.
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