El Gobierno y el Partido Popular han movido ficha antes de
la conferencia de presidentes que se celebra hoy en el
Senado, pero la posibilidad de un acuerdo sobre la
financiación del sistema sanitario queda aún ciertamente
lejos. De hecho, y tras oir las declaraciones de los
portavoces de ambos bandos –después de la reunión del
Consejo de Política Fiscal y Financiera en el que tomó parte
el consejero de Economía de la Ciudad Autónoma, Emilio
Carreira-, hay remotas esperanzas de que en la Conferencia
de Presidentes autonómicos se pueda alcanzar un pacto, al
menos político.
Y eso que a lo largo de la semana, más bien hacia el último
tramo, tanto PSOE como PP se esforzaron en dar síntomas de
flexibilidad pese a sus planteamientos primitivos. El
Gobierno, incluso, llegó a situar en un segundo plano la
creación de un recargo autonómico en el impuesto de la
electricidad y la ampliación del llamado céntimo sanitario
que grava el consumo de hidrocarburos. Sin embargo, se tiene
claro que no habrá ningún movimiento por parte del equipo de
Zapatero respecto de la subida en un 10% de los impuestos
que gravan el alcohol y el tabaco, sobre todo por lo que a
la salud pueda afectar
Incluso, en un alarde de aproximación de las parte, el
ministro Solbes llegó a sugerir una mejora de la aportación
del Gobierno para financiar la Sanidad. Inicialmente, habló
de 500 millones de euros para cada uno de los dos próximos
ejercicios, sin consolidar -claro- en el sistema. Pero -ojo-
ya dio a conocer la idea de subir esta cantidad a una cifra
cercana a los 1.000 millones en cada ejercicio, tal como le
pidió, por supuesto, el consejero de Hacienda de la
Generalitat catalana, Toni Castells.
Por otra parte, es importante el detalle que se marcó el
Ejecutivo, aludiendo a la posibilidad de ofrecer cobertura
sanitaria extra a no españoles y, por tanto, está dispuesto
a aportar una cantidad –que no detalló- para financiar el
gasto sanitario que generan los residentes extranjeros -esto
le puede venir bien a la Sanidad en Ceuta y Melilla si se
adjunta una cláusula donde se especifique “y también a los
extranjeros (ilegales y marroquíes que pululan en estas dos
ciudades autónomas”).
Por último, se ha sabido que el Gobierno del PSOE asume
prorrogar por dos años más el fondo de garantía sanitaria,
al tiempo que se compromete a tener en cuenta el hecho
insular en la financiación sanitaria. Otro elemento en el
que puede quedar amparadas -si hay voluntad- las dos
ciudades norteafricanas.
Todos estos movimientos suponen un avance claro respecto a
la propuesta inicial en un ánimo evidente de alcanzar
ciertas dosis de acuerdo, pero la estrategia del PP, ante
estas fichas movidas por el PSOE, es la de vender como una
victoria el hecho de que el Gobierno haya modificado sus
propuestas iniciales. El portavoz popular del Partido
Popular, el valenciano Gerard Camps explicó el jueves que
“Las posiciones no están tan alejadas, y es que el Gobierno
nos ha dado la razón”, proclamó.
Así las cosas, todo parece indicar que, a lo largo de esta
mañana, los presidentes de las 17 comunidades autónomas más
Ceuta y Melilla se limitarán a conocer con más detalle la
última propuesta del Gobierno, y es que el PP no está
dispuesto darle a Zapatero la baza política que supondría
salir de la reunión con un acuerdo bajo el brazo -peor para
España y la madurez política-.
El Gobierno y el Partido Popular han movido ficha antes de
la conferencia de presidentes que se celebra hoy en el
Senado, pero la posibilidad de un acuerdo sobre la
financiación del sistema sanitario queda aún ciertamente
lejos. De hecho, y tras oir las declaraciones de los
portavoces de ambos bandos –después de la reunión del
Consejo de Política Fiscal y Financiera en el que tomó parte
el consejero de Economía de la Ciudad Autónoma, Emilio
Carreira-, hay remotas esperanzas de que en la Conferencia
de Presidentes autonómicos se pueda alcanzar un pacto, al
menos político.
Y eso que a lo largo de la semana, más bien hacia el último
tramo, tanto PSOE como PP se esforzaron en dar síntomas de
flexibilidad pese a sus planteamientos primitivos. El
Gobierno, incluso, llegó a situar en un segundo plano la
creación de un recargo autonómico en el impuesto de la
electricidad y la ampliación del llamado céntimo sanitario
que grava el consumo de hidrocarburos. Sin embargo, se tiene
claro que no habrá ningún movimiento por parte del equipo de
Zapatero respecto de la subida en un 10% de los impuestos
que gravan el alcohol y el tabaco, sobre todo por lo que a
la salud pueda afectar
Incluso, en un alarde de aproximación de las parte, el
ministro Solbes llegó a sugerir una mejora de la aportación
del Gobierno para financiar la Sanidad. Inicialmente, habló
de 500 millones de euros para cada uno de los dos próximos
ejercicios, sin consolidar -claro- en el sistema. Pero -ojo-
ya dio a conocer la idea de subir esta cantidad a una cifra
cercana a los 1.000 millones en cada ejercicio, tal como le
pidió, por supuesto, el consejero de Hacienda de la
Generalitat catalana, Toni Castells.
Por otra parte, es importante el detalle que se marcó el
Ejecutivo, aludiendo a la posibilidad de ofrecer cobertura
sanitaria extra a no españoles y, por tanto, está dispuesto
a aportar una cantidad –que no detalló- para financiar el
gasto sanitario que generan los residentes extranjeros -esto
le puede venir bien a la Sanidad en Ceuta y Melilla si se
adjunta una cláusula donde se especifique “y también a los
extranjeros (ilegales y marroquíes que pululan en estas dos
ciudades autónomas”).
Por último, se ha sabido que el Gobierno del PSOE asume
prorrogar por dos años más el fondo de garantía sanitaria,
al tiempo que se compromete a tener en cuenta el hecho
insular en la financiación sanitaria. Otro elemento en el
que puede quedar amparadas -si hay voluntad- las dos
ciudades norteafricanas.
Todos estos movimientos suponen un avance claro respecto a
la propuesta inicial en un ánimo evidente de alcanzar
ciertas dosis de acuerdo, pero la estrategia del PP, ante
estas fichas movidas por el PSOE, es la de vender como una
victoria el hecho de que el Gobierno haya modificado sus
propuestas iniciales. El portavoz popular del Partido
Popular, el valenciano Gerard Camps explicó el jueves que
“Las posiciones no están tan alejadas, y es que el Gobierno
nos ha dado la razón”, proclamó.
Así las cosas, todo parece indicar que, a lo largo de esta
mañana, los presidentes de las 17 comunidades autónomas más
Ceuta y Melilla se limitarán a conocer con más detalle la
última propuesta del Gobierno, y es que el PP no está
dispuesto darle a Zapatero la baza política que supondría
salir de la reunión con un acuerdo bajo el brazo -peor para
España y la madurez política-.
Siempre habrá tiempo para convocar, a no tardar demasiado,
otra reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera
para pergeñar un acuerdo. Sobre todo para provocar próximos
titulares y mantener entretenidos al personal. Hay tiempo
suficiente teniendo en cuenta que hasta el 1 de enero de
2006 no se pondría en marcha el tan cacareado nuevo sistema.
En prinicipio se atisba, tras el telón, que hay sobre todo
voluntad de acuerdo, ya que el problema de la financiación
sanitaria afecta tanto a las comunidades gobernadas por el
PSOE como a las del PP. Con la Sanidad de los españoles no
se debe jugar, pero, una vez más los ‘dueños’ de la política
no dan su brazo a torcer para no quedar por debajo. Algún
día seremos distintos... y más maduros. Ese día llegará
cuando alguien del PP, o del PSOE, reconozca que lo
realizado por el uno o el otro es positivo.
|