El entrenador de la AD Ceuta, Ramón María Calderé, no pudo
ocultar su indignación con el arbitraje recibido en el
partido disputado ayer en Villanueva de Córdoba (2-1).
“Estoy indignado. Desde que hace trece años me robaron el
ascenso con el San Andreu no he visto otra cosa igual.
Estamos destrozados”, afirma.
Incluso, el técnico tarraconense ha llegado a asegurar que
escribirá una carta a Ángel María Villar, el presidente de
la Federación Española de Fútbol, porque considera que el
arbitraje recibido ayer por el equipo caballa no es un hecho
puntual. “A nivel personal merezco que me escuchen y voy a
escribir una carta a Villar, porque el trato arbitral que
está recibiendo el Ceuta no es normal. Y le voy a obligar a
que me responda como hombre del deporte que es. Hasta que no
encuentre una respuesta de su parte pensaré que lo que le
ocurre al Ceuta es algo más que raro”, sostiene.
Y es que Calderé destaca que la situación no es nueva. “Todo
el mundo comete errores pero no puedo más que dudar. Están
jugando con mi trabajo y con los intereses de mi familia,
del club y de los jugadores”, matiza.
En concreto, Calderé critica que el colegiado extremeño
Méndez Nuñez diera por válido el primer gol del Villanueva,
a su entender, ilegal. “Un delantero se lleva el balón con
la mano y el compañero que lo recibe está en fuera de juego.
El linier levantó el banderín, pero el árbitro hizo caso
omiso”, indica. “Alfonso fue a preguntarle que por qué no
consultaba con su asistente y le costó la expulsión, que fue
la misma razón por la que también nos expulsaron a Nayim y a
mí”, continúa. “Ya en inferioridad, tuvimos garra y Franch
logró el empate (1-1). Pero para colmo, añade 9 minutos al
final y, en lugar de pitar en el 99’, deja que el reloj siga
corriendo y en el 101’, dos minutos más allá del alargue,
nos metieron el gol de la victoria”, dice.
Calderé también criticó la actuación de la Guardia Civil al
término del choque. “A Nayim y a mí nos empujaron y nos
amenazaron con llevarnos al calabozo”, concluye.
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