Estamos viviendo unos momentos
difíciles donde todo el mundo se enfada con todo el mundo, y
donde “el tú más” está a la orden del día, como si esa frase
fuese capaz de arreglar alguno de los muchos desaguisados en
los que se encuentra inmersa la nación española.
Y digo nación española, porque es la única nación que existe
para los españoles o al menos para los que nos sentimos
orgullosos de ser españoles, por mucho que esto les pueda
joder a unos polítiquillos de chichinavo.
Ya lo dice la canción “España nada más que hay una// Y el
que quiera convencerse// que se venga aquí a vivir//. España
no hay más que una// No hay más que una”
La cosa es que algunos, de estos polítiquillos médiocres,
nacidos como los pollos de granja con la aparición de la
democracia, están empeñados en que haya no sé cuantas
Españas. Manda ...el asunto.
Hoy, cuando las naciones tienden a unirse para formar un
bloque único capaz de defender sus fronteras y sus intereses
económicos, uniéndose en un sólo estado, los mediocres,
polítiquillos del tres al cuarto, tratan de dividir a España
en varias Españas. Esto no hay un dios que lo entienda. Y si
usted, por un casual, amigo guardia entiende algo, le ruego
me lo comunique a la mayor brevedad posible.
Y son esos polítiquillos del tres al cuarto, los que con sus
decisiones, hoy blanco mañana negro, dan paso a que todos
los médiocres traten de dividir España en dicesiseis
republicas y dos ciudades bananeras, al mando de dieciocho
comandantes, imponiendo aquello de “el que se mueve no sale
en la foto”. Eso como causa menor.
Y ni te cuento, serrana del alma, si a alguien se le ocurre
ir contra lo dispuestos por algunos de esos comandantes. Lo
de la foto puro cachondeo al lado de lo que te puede
esperar.
¿Por qué volvemos, otra vez, a unos enfrentamiento qué
deberían estar olvidados después de setenta años?.
Nadie puede ganar una guerra, que nunca debió de darse entre
españoles después de que hayan pasado setenta años y
aquellos hombres y mujeres que lucharon por lo que ellos
creían justo, en su mayoría ya no están entre nosotros y, si
alguno estuviese vivo, fuese del bando que fuese, seguro que
jamás querrían volver a aquel pasado, haciendo lo imposible
por enterrarlo para siempre.
¿Por qué ese interés en volver de nuevo a abrir heridas que
estaban restañadas con el paso inexorable del tiempo? ¿Quién
o quiénes están interesados en volver a revivir esa oscura
época de España, qué enfrentó a hermanos contra hermanos y
que Bardem retrató con maestría en su película “La
Vaquilla”?.
¿Por qué ese interés de enfrentarnos los unos a los otros y
revivir los odios que se habían depositados en el fondo de
ese baúl de los recuerdos que es nuestra mente?.
Se equivocan todos aquellos que piensan que de nuevo puede
darse ese enfrentamiento y poder convertir una derrota en
una victoria.
Las circunstancias han cambiado. Las personas, al menos la
juventud de esta época es mucho más culta y está mucho más
preparada que la de aquella desgraciada época donde el
analfabetismo alcanzaba límites insospechados.
Las naciones no lo permitirían en el nuevo contexto
internacional en que se encuentra el mundo en los momentos
actuales.
Y más que las naciones el pueblo español donde nadie estaría
dispuesto a volver a pasar por lo que sucedió en aquella
desgraciada etapa que vivió España.
Dejemos descansar en paz a nuestros muertos, y no hagamos
que se remueven en sus tumbas maldiciéndonos por recordarles
aquella desgracia da etapa de sus vidas.
Mientras todo esto ocurre en esta España de nuestras culpas,
a la que parece que se le ha parado el reloj en el tiempo,
el mundo sigue su camino sin volver la cabeza atrás, siempre
adelante porque lo que más importa es el futuro, no el
presente y mucho menos un pasado que como el nuestro lo
mejor es olvidar.
Pues no señor, aquí algunos están empeñados en volver a ese
pasado, en remover en las cenizas para tratar de traerla al
tiempo actual y que, de nuevo, vuelva a nacer ese odio entre
los españoles .
Y a fe que lo están consiguiendo pero no en la medida que
esperaban y es que, no se han enterado y mira que son
mayorcitos, de que vivimos en otra época muy distintas y con
una población también distinta.
Por todo ello, por esos cambios que ha experimentado el paso
del tiempo, produciendo una generación mucho más inteligente
y culta que la de esa desgraciada época, el asunto pueda
tener el efecto boomeran.
España se enfrenta a un reto histórico con el Estatut de
Cataluña. Un Estatut que no se adapta a nuestra Constitución
y si no es constitucional, pues se archiva en la papelera.
No hay ni que estudiarlo, los españoles nos dimos una
Constitución y eso es lo que hay, le guste o no le guste al
Pérez Carod.
|