La desmedida ofensa sufrida el pasado fin de semana en la
cancha del UCAM de Murcia por los jugadores y la directiva
del Gabitec, el equipo ceutí que compite en la Superdivisión
Masculina de tenis de mesa, sigue dando sus coletazos en la
prensa nacional. El último en hacerse eco de la noticia ha
sido El País, que ayer recogió la denuncia realizada por
Miguel Ángel López, presidente del club caballa, que ha
decidido impugnar el encuentro ante el Comité Español de
Disciplina Deportiva por “provocación” y “amenazas” del
público y los jugadores del cuadro murciano, que se impuso
por el resultado de 4-2. Según el rotativo nacional, lo que
más ofendió a López fueron los insultos y la presencia de
una bandera española en las gradas que pretendía poner en
duda la españolidad del conjunto ceutí.
“Lo de la bandera fue el colmo, una ofensa total. Les dije a
los aficionados que me sentía más español que todos ellos,
pero el daño ya está hecho. Ceuta vive momentos muy
delicados. Ha habido manifestaciones defendiendo nuestra
españolidad y estamos muy sensibilizados”, recoge El País de
boca del presidente.
Por su parte, el delegado del UCAM, Benjamín Garcés, asegura
que “se trataba de una bandera para animar al jugador Jesús
Cantero, en la que se leía ‘Cantero campeón’, pero no por
enfrentarnos al Ceuta” y añade que fue Lubomir Pistej, el
jugador eslovaco del Gabitec, “el que provocó con gestos a
los aficionados” que se dieron cita en el pabellón Príncipe
de Asturias. Sin embargo, Miguel Ángel López sostiene que
“la bandera no ponía nada, fue una provocación”.
Además, el presidente de la entidad ceutí denuncia al medio
de tirada nacional que entre las gradas “había espectadores
borrachos, amigos de Cantero”. Y apunta que el propio
jugador del UCAM “los incitaba para que nos insultaran y se
volvieran más violentos”. “Nos amenazaron y sentimos miedo.
Estábamos aterrorizados y no nos dejaban ni sacar”, apunta
el máximo responsable del Gabitec, quien agrega que “dijeron
que nos esperaban en la calle y se quedaron esperando”. “Al
árbitro también le amenazaron”, indica. Garcés se defiende
de estas acusaciones afirmando que los aficionados “sólo
animaban, pero los bancos eran de madera y el sonido
retumbaba”.
Otra de las circunstancias que Miguel Ángel López denunció
ayer en las páginas de El País fueron las particulares
condiciones de juego en las que tuvieron que enfrentarse al
UCAM. “El partido se jugó en el sótano, en una sala de diez
metros de ancho, con un techo bajo y sólo dos focos que
dejaban una parte de la mesa sin iluminar y con las gradas a
unos metros de los jugadores. Era una ratonera”, afirma.
El Comité Español de Disciplina Deportiva podría imponer una
sanción al UCAM e, incluso, dictar la repetición del
partido.
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