Casi tres horas permaneció ayer oculto un individuo en las
instalaciones de la Viceconsejería de Turismo de la Ciudad
Autónoma tras un frustrado intento de robo a las ocho de la
mañana. Diez agentes de la Policía Local se vieron
implicados en la operación para extraer al finalmente
detenido de su escondrijo entre los restos arqueológicos del
Baluarte de los Mallorquines. Su salida, no obstante, se
realizó de forma voluntaria a las once de la mañana tras
horas de fallidas tácticas por parte de la Policía Local
que, finalmente, optaron por la vía del diálogo para
convencer al individuo de la necesidad de entregarse a las
fuerzas de seguridad, según apuntaron ayer fuentes de la
Consejería de Gobernación de la Ciudad.
Una empleada de la Viceconsejería dio la voz de alarma a
primera hora de la mañana tras ser sorprendida por un hombre
encapuchado de en torno a 1,85 metros y aspecto delgado que
rompió uno de los cristales del patio interior al objeto de
perpetrar un robo. La diligente actuación de la trabajadora
avisando a la Policía Local y la llegada del resto de
trabajadores provocó que el caco, desorientado por el
inesperado gentío, optase por introducirse en las ruinas del
antiguo baluarte y esperar allí oculto el momento de salir.
Según explicaron fuentes policiales a este diario, el
individuo en cuestión había atentado previamente contra el
sistema de alarma instalado en la edificación municipal, de
tal forma que su acceso al recinto se produjo horas antes de
que fuese descubierto en el interior tras romper una de las
cristaleras.
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