Antonio Machin, sin duda alguna,
fue el que mejor cantante de bolero de todas las épocas.
Tuve la suerte de conocerlo y hablar con él en muchísimas
ocasiones. Charlas muy amenas porque, Antonio, era un gran
conversador, capaz de mantener el interés de su conversación
durante todo el tiempo que dedicase a ella.
Antonio que fue capaz de llenar una sala de Madrid cantando
sólo para los jóvenes, les demostró a estos que el arte,
cuando es puro sin trampa ni cartón no tiene ni fronteras ni
edades.
Por eso, terminó su sensacional actuación aclamados pr
aquellos jóvenes que abarrotaban la sala y que, desde el
primer momento, se entregaron al arte indiscutible de
Antonio Machin.
Entre sus canciones, había dos que destacaban, para mi
persona, por encima del resto. Una “Navidad” y la otra
“Angelitos negros”.
Algún siglo de estos contaré el por qué de la primera.
Ahora, nos vamos a centra en la segunda de ellas, “Angelitos
negros”.
Por cantar “Angelitos negros” nadie podía tachar de racista
a, Antonio Machin que, además, tenía la creencia que los
“ángeles negros” también van al cielo. Por supuesto, lógica
creencia.
Sin embargo, hoy día, los progres de pacotillas, si se le
llama negro a un señor que por el color de su piel es negro,
enseguida te tachan de racista. Manda... el asunto .
Al menda, servidor de ustedes, para lo que gusten mandar y
si de mandar se trata,. no se corten a la hora de mandarme
jamones, queso , lomo y otra cosillas sin importancia que
dicen aumenta el colecterol, pero que se pegan una jartá de
bien al riñón, les da igual lo que piensen estos progres de
pacotillas, porque al señor que sea negro por el color de su
pìel le llamaré negro, naturalmente sin termino peyorativo.
Mientras no se demuestre lo contrario, por cierto difícil de
demostrar, el negro es negro, el amarillo es amarillo y el
blanco es blanco.
Lo que me parece una hipocresía, incluso una tomadura de
pelo es llamarle “moreno” a un negro.
Y ya que de negros hablamos y no de moreno, se me viene a la
memoria, las declaraciones que ha hecho, en Lebrija la
señora María Antonia Granados y en las que a puesto a parir
a Ceuta y a los ceutíes.
Esta señora o señorita, no tengo el gusto de conocerá, ni
falta que me hace conocer a alguien que viene a llevarse una
pasta gansa de mi tierra y que nos ponga, sin derecho alguno
a parir, dicen que es médica y hasta que la cesaron, con
todo merecimiento por cierto y hay que felicitar a quienes
la cesaron, directora de Atención Primaria . Manda.. la
cosa.
Esta señora o señorita, quiso tener su minuto de gloria y
para ello les contó a sus vecinos de Lebrija, su memorable
actuación, a favor de los negritos cual una de las más
fieles seguidoras de la madre Teresa de Calcuta.
Y se entregó, en cuerpo y alma a prestarle toda su ayuda a
esos negritos que decidieron saltar la valla que separa
Marruecos de España.
Lo hicieron de madrugada mientras el pueblo dormía y, por
ello, el pueblo, ese sufrido pueblo ceutí al que este
personaje en un alarde de facultades ha puesto a parir, no
se enteró de nada hasta le día siguiente.
Pero por mucho que hiciera, tal y como era su obligación,
esta imitadora momentánea de Teresa de Calcuta, mucho más ha
hecho este pueblo al que, sin razón alguna, usted lo pone a
parir, mientras nosotros los ceutíes, damos nuestros paseos
por la calle principal, acompañados de nuestros leones,
panteras y elefantes. Por cierto, los llevamos sueltos.
Este pueblo, al que usted llegó para ocupar un cargo ganando
una pasta gansa, ha dado todo y más en ayudar a esos
negritos.
Es más usted misma se contradice, al decir todo lo que dice
de este pueblo, mientras alegan que esos negritos se pasean
tranquilamente por las calles de Ceuta, hablan con sus
teléfonos móviles, compran en los supermercados incluso,
algunos de ellos, whisky del caro, fuman tabaco rubio van a
bañarse a las playas de Ceuta y nadie les molesta para nada.
¿Dónde está la intolerancia y el racismo contra esos
negros?. Y digo negros porque son negros.
Esos negritos están tan abandonados y son tratados tan mal
que tienen tres comidas al día y asistencia sanitaria.
Cuidándose mucho, darle alguna comida que su religión no les
permita.
Hay que ver la intolerancia y el racismo que se respira por
estos lares contra los negritos. Es que somos la releches en
bicicleta en el asunto de ser racista. Vete a tomar..fresco
a Lebrija.
Lo que no te voy a negar, es la labor que hiciste atendiendo
a todos esos negritos heridos que necesitaban asistencia
médica.
En esos momentos fuiste una más de las hijas de Teresa de
Calcuta. O sea, una gra hija de Calcuta, que es el lugar
donde vino al mundo la madre Teresa.
La próxima vez, hija de Calcuta, no te equivoques.
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