El esperado informe de los
técnicos enviados por el Ejecutivo de la Unión Europea, tras
las avalanchas de inmigrantes de las pasadas semanas y que
tanta polvareda han levantado, ha reconocido la labor de
Ceuta para afirmar en el texto que hoy maneja la Unión, que
los inmigrantes son tratados y atendidos en nuestra ciudad
-como en Melilla- con humanidad y dignidad.
No han podido decir lo mismo de Marruecos, aunque este
extremos se lo han callado estratégicamente en espera de
conceder unas ayudas económicas al país vecino cuando el
reino alauíta se comprometa a garantizar los derechos de los
inmigrantes en su país. El comisario europeo, Franco
Frattini así lo ha confirmado tras comprobar como el vecino
país no permitió que los técnicos europeos accedieran a la
parte marroquí del vallado fronterizo de Ceuta y de Melilla.
El informe despeja dudas y la Unión apuesta por generar
fondos destinados a este fenómeno apoyando, primero a las
dos ciudades europeas que marcan las fronteras terrestres
con un tercer país -así debe ser solicitado por el Gobierno
de España- y, en segundo lugar apostando porque Marruecos
disponga de agentes cualificados en el tratamiento de la
inmigración al objeto de garantizar los derechos humanos.
Además, Europa se volcará con los países orígen del fenómeno
migratorio y ya ha anunciado una ronda de visitas a la
África profunda.
Quizá la tan rápida extensión europea hacia el Este que ha
provocado pérdidas de fondos, entre otros a países como
España, y a zonas concretas como las de Ceuta y Melilla
-auténticos parachoques de la inmigración ilegal-´, ha
podido ser un tanto precipitada y poco medida.
No obstante, la Unión ya habla de ayudas capaces de afrontar
los problemas derivados del fenómeno. Ceuta espera, y el
Gobierno de Madrid debe solicitar lo justo y necesario como
baluarte y adalid de los intereses que le son propios, o
sea, Ceuta y Melilla.
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