“El IPSI necesita con urgencia una reforma estructural
completa y no sólo una bajada de los tipos”. Antonio García
Sencianes, presidente de la Confederación de Empresarios de
Ceuta (CECE) entiende que el Impuesto sobre Producciones,
Servivios e Importaciones “no se ajusta a lo que es un
impuesto moderno. Debería ser más justo, más racional y
ajustarse a las necesidades y a la realidad de la situación
económica”, dijo.
Antonio García Sencianes opina que el IPSI es un impuesto de
una marcada “tendencia inflacionista”. “Se trata de un
impuesto que se soporta y no se puede reducir. A veces un
mismo hecho imponible es gravable en 2, 3 ó 4 ocasiones”. El
presidente de la CECE puso como ejemplo las subcontratas que
deben realizar las empresas, como por ejemplo las
constructoras, que deben pagar el IPSI en cada facturación
resultando al final que en vez del 10% uno acaba pagando el
20 o el 30%.
La situación de Ceuta en estos momentos es muy crítica para
el comercio. Por un lado está Marruecos, que en el año 2000
inició las gestiones para firmar un tratado de desarme
arancelario que podría hacerse efectivo en 2010 ó 2012. “Sin
embargo este tratado es gradual y algunos productos pueden
rebajar o perder su tasa arancelaria antes de estas fechas.
Si Ceuta pierde su competitividad en los precios podría
quedar excluído del comercio marroquí y si no lo hace, los
márgenes que le quedan serían muy bajos”, explica Sencianes.
“Hay una serie de productos que allí son más caros y
tradicionalmente vienen aquí a comprar. Si dejamos de ser
competitivos se acaba el negocio. Siempre será mejor
recaudar el 1% de mil que el 10% de nada”, dice.
“Las compensaciones que recibe Ceuta sirven para que el
comerciante no asuma solo el reto de ser competitivo y
atractivo y son necesarias”. García Sencianes encuentra otra
dura traba para el comercio en Ceuta y se trata del
transporte, que “encarece de manera tremenda cualquier
artículo que llega a la península. Las administraciones
deberían ser sensibles a esta causa-efecto que se produce
dentro del comercio”, dijo.
La bajada del IPSI, “necesaria aunque el impuesto demanda
una reestructuración urgente” provocaría una consecuente
bajada de los precios aunque esta no se produciría “de forma
inminente”. Los stocks adquiridos antes de esta reforma
tendrían aún que venderse al precio antiguo pero la CECE
aboga por un compromiso en la bajada de los precios. “El
comerciante responde con los valores fundamentales de su
negocio: crear empleo y generar riqueza. Desde que hay
bonificaciones se ha registrado un crecimiento notable de
empleo en la ciudad. Estamos satisfechos y orgullosos ya que
es un reflejo evidente de que cuando se facilitan las ayudas
las respuestas son paralelas”, afirma el presidente de la
CECE. “Ahora tendemos hacia una bajada del 0,5%, que dejaría
muchos productos en una situación ventajosa y atraería más
visitantes a la ciudad foementando también el turismo”,
concluye Sencianes.
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