En las memorias anuales que el Consejo Económico y Social (CES)
viene realizando sobre la situación socioeconómica y laboral
de la ciudad de Ceuta, aparece, desde 2001, la conveniencia
de realizar un estudio en profundidad sobre la figura del
IPSI, “no sólo como herramienta de recaudación, sino como
instrumento para fijar una determinada política económica”,
explica el presidente de la entidad, Basilio Fernández.
Durante los años 2002 y 2003 esta recomendación se vino
repitiendo en cada informe, hasta que en 2004 se abogó por
una remodelación en profundidad del IPSI insistiendo en
aquellos productos que pudieran atraer e incentivar el
comercio de la ciudad.
Fue el 26 de mayo de 2004 cuando la Ciudad Autónoma de Ceuta
solicitó un dictamen al CES sobre la propuesta que habían
elaborado acerca de esta cuestión. “Hay que tener en cuenta
que estas medidas tienen un impacto económico notable ya que
la reducción de los tipos influye sobre la recaudación y
obliga al Estado a realizar un esfuerzo adicional”, dice
Basilio Fernández.
Por tanto esta medida, que supone un esfuerzo para el
Gobierno y que puede repercutir también en los presupuestos
de que disponga la ciudad, ya que la compensación no es
indefinida y tiene un límite, debe justificarse en función
de los resultados obtenidos. “La bajada debe conseguir un
doble efecto: el incremento de las ventas y un incentivo
turístico para la ciudad en torno a las compras”, explica el
presidente del CES.
Bajada gradual
En opinión de Basilio Fernández, esta bajada de los tipos
debería producirse gradualmente y la no consecución en grado
óptimo de los objetivos previstos debería hacer reconsiderar
las decisiones tomadas. Para ello hay que controlar
estrechamente una serie de variables: la incidencia de la
reducción del IPSI en los precios, ya que no tendría sentido
una bajada que solo repercutiera en los ingresos de los
comerciantes; la evolución del volumen de importaciones, es
decir, saber si se incentiva la demanda; evolución del
empleo en el sector.
Todas estas cuestiones que aparecieron en su día en el
dictamen elaborado por el CES son importantes para analizar
el impacto que pueden producir las medidas que se tomen en
la próxima reunión que tendrá lugar el jueves 20 de octubre
para tratar la bajada de los tipos del IPSI con presencia de
Ceuta y Melilla en las negociaciones.
Entre las medidas que podrían adoptarse, se baraja la
posibilidad de aplicar un tipo muy bajo en torno al 0,5%
para los productos que “singularicen la demanda externa,
siempre y cuando se garanticen algunas variables como la del
empleo en el sector”. Debería tratarse de artículos que
resultasen atractivos gracias a un diferencial de precios
interesante respecto a la península y con el objetivo
constante de crear empleo. Aquí podrían entrar todo tipo de
artículos significativos como los de lujo (joyas, coches,
yates) ya que su diferencial siempre sería mayor.
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“Debe haber un duro control de todos los agentes implicados”
La bajada del Impuesto sobre las
Producciones, Servicios e Importaciones es de vital
importancia para una ciudad como Ceuta cuyos indicativos
económicos no son demasiado buenos. “La inversión pública
supera con creces a la privada y permite que el desempleo no
sea aún mayor gracias a los Planes de Empleo. Sin embargo
este tipo de medidas no pueden adoptarse sin una serie de
cuidados”, dice Basilio Fernández, presidente de lel Consejo
Económico y Social.
Para la puesta en marcha de nuevos tipos impositivos sería
necesario un control presupuestario serio. “Si se adopta
debe ser con el compromiso de racionalizar el gasto, sobre
todo el improductivo, y debe haber un control exhaustivo de
todos los agentes implicados: agentes sociales, empresas y
administraciones públicas”, explica Basilio Fernández.
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