Será antes de Navidad cuando
finalicen algunas de las obras que la Ciudad Autónoma se
encuentra ejecutando en la actualidad y que, como
estandarte, tiene en el Paseo del revellín su máximo
exponente sin desdeñar el casi acabado Plan de Dotaciones de
Barriadas del que ya está listo el nuevo correspondiente a
2006.
El desdoblamiento de las Palmeras quedará culminado, en
cuanto a mediana y rotondas, antes de las muy próximas
fiestas que acercan al fin de año. Unas obras, éstas, que
unidas a las que se llevan a cabo por parte de la
Administración General del Estado y que afectan en gran
medida al casco urbano como consecuencia del desarrollo de
los trabajos para la adecuación de la red de abastecimiento,
configuran una visión general de ciudad en estado permanente
de obras.
Obras que provocan una incomodidad absolutamente necesaria
para la evidente mejora de las infraestruturas al servicio
de los ciudadanos. El Ejecutivo autónomo ha recordado, tras
el Consejo de Gobierno, la amplia retahíla de trabajos que
se llevan a cabo actualmente en la urbe y los que se
iniciarán con la llegada del nuevo año.
El hecho de proporcionar en época tan señalada como la de
Navidad una mejora sustancial en el Paseo del Revellín -ya
peatonal-, provocará obviamente un masivo movimiento
ciudadano alrededor del nuevo centro comercial abierto que
se pretende instaurar en tan estratégica zona.
Cuestión aparte serán los inconvenientes derivados de
aquéllos habitantes de tan céntrico Paseo a la hora de
llegar justo hasta la puerta con su vehículo. Situación
complicada y que deberá quedar prevista. Volveremos a oir,
de nuevo, el dilema sobre si la peatonalización debe ser
total o parcial. La ciudadanía ha soportado estoicamente las
inconveniencias de tanta obra pública, con una paciencia
evidente, sabedora de la mejora global que ofrecerá Ceuta en
un futuro cada vez más breve -con permiso, eso sí, de
quienes pudieran haber pensado ya el destino de Ceuta y
Melilla si es que se confirman ciertas actuaciones, léase
hoy la página 21-.
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