El presidente nacional del Partido
Popular, Mariano Rajoy se ha comprometido públicamente aquí,
aún más si cabe, con el futuro de Ceuta. Su concepto de
unidad territorial y de la España constitucional es garantía
de éxito por el millonario número de españoles que comulgan
con el espíritu del 78 (unión entre españoles, solidaridad
entre regiones, igualdad de oportunidades, de derechos, de
libertades...). El gran SÍ a la actual Carta Magna no puede,
poco menos de treinta años después, estar ahora situada en
el disparadero de la insolidaridad, por mor de acuerdos
tácitos o no tan tácitos con las minorías (ya sean
autodenominadas separatistas o no).
Los grandes acuerdos que tienden a conformar el futuro del
país, debe estar amparado por la inmensa mayoría de
ciudadanos de España. Una inmensa mayoría que aglutina en
buena medida los dos grandes partidos del panorama nacional,
PSOE y PP. Contando con los demás -eso sí- aunque llevando
la iniciativa y no dejándose llevar, porque nunca antes tan
pocos lograron tanto a costa de muchos. Ya dijo Guerra que
con González a España no la iba a conocer “ni la madre que
la parió”, se equivocó entonces. Puede que, de no mediar el
cumplimiento del juramento o promesa que debe realizar todo
presidente del Gobierno de la Nación, a España no se la
conozca -ahora sí- ni en los círculos más íntimos.
Dicho todo esto, no nos cabe duda, de la responsabilidad de
Estado del actual Gobierno y en base a ello, la confianza en
que todo volverá a su cauce, nos produce cierta sensación de
alivio.
Como alivio sentimos cuando personajes de la relevancia de
Mariano Rajoy dice a boca llena, no exento de orgullo,
aquéllo de que “por ser obvio, no cuesta nada”, delante de
quien fuere, afirmar con rotundidad la españolidad de Ceuta.
El presidente del Gobierno de España. Rodríguez Zapatero
también lo ha afirmado, aunque después... Sólo le
queda repetirlo pero aquí, en casa, en Ceuta, como debe ser.
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