Las obras de la residencia de la juventud debían estar
terminadas para el presente mes de octubre, pero a día de
hoy, ni trabajadores ni residentes confían en que las
reformas concluyan antes de diciembre, según informaron
fuentes relacionadas con la residencia juvenil.
Las mejoras consistían en el arreglo de la fachada, la
instalación de nuevas ventanas, la colocación de un ascensor
que cumpla la normativa (el anterior no lo hacía), la
remodelación de los cuartos de baño y la instalación de aire
acondicionado y calefacción. Esta obra, a cargo de
Construcciones Jomasa, tenía un plazo de ejecución de cuatro
meses que no se ha cumplido lo que está provocando que “la
convivencia de los residentes con las obras sea muy
difícil”, explican fuentes de la residencia. “Las
habitaciones están sin terminar, ayer se fue la luz en una
planta, el ruido de la instalación del ascensor hace
imposible concentrarse para nada y los obreros andan por los
pasillos de las habitaciones, un hecho que merma intimidad a
los que allí habitan... etcétera”, explican las mismas
fuentes.
Personas relacionadas con el alojamiento juvenil afirman que
ha habido una mala organización de estas obras. “Las
reformas comenzaron en julio con octubre como plazo de
finalización. El primer mes la empresa trabajó bien pero en
agosto hubo un parón considerable, todo fue más lento y
alguna semana hasta faltaban albañiles que fueron destinados
a otras obras. Eso ha hecho que las remodelaciones vayan tan
retrasadas. Desde la residencia debía haber habido un
control respecto a los plazos y sobre todo haber exigido que
el ascensor hubiera estado colocado en el mes de agosto”,
explican las fuentes. Las mismas aseguran que varios
residentes han abandonado las instalaciones debido a las
molestias provocadas por las obras.
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“Las reformas van lentas pero era necesario llevarlas a
cabo”
El director de la residencia
juvenil, Francisco Bernal, reconoce que “las obras van
lentas. Lo peor es lo del ascensor que la empresa nos dijo
que terminarían en un mes y medio y llevan dos meses
trabajando en él”, explica. Aún así, afirma que la
remodelación era necesaria y que el incumplimiento de plazo
entra dentro de los inconvenientes de toda obra.
“Las habitaciones están listas desde el 1 de octubre pero no
correctamente, todavía queda pintarlas. Además los ruidos de
la instalación del ascensor molestan a los residentes que
tienen que estudiar pero no me consta que ninguno de ellos
se haya marchado por motivos relacionados con estas obras.
Ha habido algunas bajas pero han sido debidas a
incompatibilidades con otros compañeros o traslados de
expedientes, esa es la información de la que yo dispongo”,
explica Bernal. El director de la residencia juvenil espera
que las obra estén terminadas en diciembre.
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