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SOCIEDAD - DOMINGO 9 DE OCTUBRE DE 2005


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SOCIEDAD / INMIGRACIÓN
 

“El Manifiesto de Larache”

El pasado fin de semana, cerca de 200 personas pertenecientes a diferentes asociaciones de Andalucía y el norte de Marruecos asistían, en Larache, a un importante congreso sobre la inmigración
 

CEUTA
José Luis Navazo

local
@elpueblodeceuta.com

Alrededor de Ceuta ya apenas quedan subsaharianos. Tánger está también “limpia”. Pero todo, ¿a qué precio?. Mientras el drama se desarrollaba, cerca de doscientas personas procedentes, en su mayoría, del norte de Marruecos y del sur de España se reunían en un importante congreso sobre el problema, creciente, de la inmigración.

Organizado conjuntamente por “Chabaka” (Red de Asociaciones del Norte de Marruecos para el Desarrollo y la Solidaridad) y “APDHA” (Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía), los asistentes debatieron en conferencias plenarias y mesas de trabajo específicas (menores, mujeres e inmigración subsahariana), a lo largo de tres días, en la Casa de España de Larache. A los actos asistieron especialistas marroquíes en inmigración, como la tetuaní Amina Bargash, doctora en psiquiatría y especialista en temas de la mujer.

Al final del encuentro, los asistentes consensuaron un texto , “El Manifiesto de Larache”, del que nos hacemos eco en éstas líneas. Como alternativas propugnan profundos cambios sociales apelando a la solidaridad: “No podemos hacer de Europa una Fortaleza (sic) que se rija por el egoísmo económico ante la aceptación de las personas inmigrantes”, a la vez que exigen “la participación de observadores internacionales” que “investiguen las gravísimas violaciones de los derechos humanos que se están produciendo en el entorno de ambas fronteras” (por Ceuta y Melilla).

Sin llegar a rechazarlo abiertamente (hubo cierto debate sobre el particular), se puso en cuestión “el proyecto de creación de Centros para Menores en Marruecos tratado en la cumbre hispano-marroquí”, particularmente ante la falta de garantías sobre los derechos de la infancia en los mismos: “¿Quién los va a gestionar?. ¿Marruecos?”.
En esta dirección, hubo casi unanimidad en la oposición a que en el conjunto del Magreb (Marruecos, Argelia, Túnez, libia y Mauritania) se financien, a cargo de la Unión Europea, centros temporales de acogida de inmigrantes similares a los CETIS de nuestras Ciudades Autónomas.

“Europa no puede olvidar -dice el texto- sus responsabilidades en los problemas de fondo que originan la desesperación de los africanos que intentan llegar a ella. Son personas que tras numerosas penalidades para atravesar media Africa están malviviendo en condiciones infrahumanas en la espera de una oportunidad para entrar en Europa. No es de extrañar que tras las palizas y el hostigamiento de los cuerpos policiales marroquíes y ante la cada vez mayor impermeabilidad de la frontera, lleguen a situaciones de desesperación inimaginables”.

Efectivamente, expertos consultados in situ por EL PUEBLO coinciden en señalar la desesperación de los inmigrantes subsaharianos como una de las principales causas de las últimas avalanchas humanas sobre nuestras fronteras. “A la vez -indican- la fuerte presión de la Gendarmería y las Fuerzas Auxiliares marroquíes para hacerle a Zapatero el favor de limpiar las fronteras de Ceuta y Melilla ante la última cumbre hispano-marroquí, hicieron el resto”.

El Manifiesto aprovecha también para denunciar “que Marruecos haya aceptado convertirse en guardián de la frontera sur de la Unión Europea. La falta de garantías democráticas y la violación de los derechos humanos es una realidad constante en un país elegido precisamente para realizar el trabajo sucio de la UE. Es inaceptable que la Unión Europea mire hacia otro lado ante las vulneraciones de derechos elementales que se están produciendo por parte de Marruecos hacia los inmigrantes”.

¿Utópicos, ilusos ...?. Probablemente, pero gracias a su esfuerzo y trabajo desinteresado éstas ONGs y asociaciones son, a veces, la única y escasa ayuda que tiene el inmigrante subsahariano en los bosques de Beliones (Ceuta) o del Gurugú (Melilla): “en más de una ocasión se han visto obligados a comer hojas de los árboles, mientras las fuerzas de seguridad marroquíes les prohibían el acceso a las fuentes de agua”.

Finalmente y “Aun siendo conscientes de la complejidad de factores que inciden en este problema”, los firmantes reclaman la actuación de organismos internacionales y se suman “a todas las campañas y exigencias que plantean la condonación de la deuda externa, el destino del 0,7% al desarrollo y la puesta en marcha de un ambicioso plan de cooperación para el desarrollo estructural, destinado prioritariamente a acabar con la situación de pobreza y miseria que vive el continente africano. De la misma manera que consideramos apoyar a cuantos trabajan por el fin de la violencia que asolan a numerosos países africanos y por su democratización”.

En lo cercano (aun no había trascendido la autoría de las fuerzas de seguridad marroquíes) piden como ya escribimos “Que se cree una comisión de investigación, con la participación de observadores independientes , que aclare todo lo sucedido en los luctuosos sucesos de Ceuta y Melilla y determine las responsabilidades a que hubiere lugar”.

Bien. En lo que respecta al último punto dos observaciones:

1º. Ya está verificada la autoría marroquí. Y ahora, ¿qué?.

2º Por si fuera poco, está perfectamente acreditado el trato criminal practicado por las fuerzas de seguridad marroquíes (cuyo máximo responsable es el Rey Mohamed VI), abandonando a hombres y hasta a mujeres embarazadas en pleno desierto, exhaustos, sin comida, sin agua, sin nada ... ¿Quién depura ahora responsabilidades?.

Europa no puede seguir permitiéndose el lujo de seguir mirando para otro lado ni, una vez más, lavarse las manos, como Pilatos ..... Tanto por decencia como por eficacia.
 


"Aunque quisiéramos, no se puede ponerle puertas al hambre"

El primer deber de un Estado que se precie es proteger sus fronteras. Indudablemente. Y no tanto por ínfulas nacionalistas como de seguridad y cohesión social para la comunidad que en el mismo vive.

Las fronteras no son las que matan. Lo que mata es el hambre y la opresión, la ineficacia y la corrupción de la inmensa mayoría de los regímenes (aquí al lado o más abajo) que explotan a sus habitantes. Claro que en la miseria también hay graduaciones: por eso, algunos, aguantan más o menos y otros, los que ya no tienen nada que perder, siguen adelante. Como sea.

Occidente y su sociedad de consumo es un obsceno reclamo para los que sobreviven en la indigencia. ¿Y aun nos extrañamos de que empiecen a subir, a decenas, a centenares, a miles ...?. Africa está llorando directamente a sus hijos. ¿Qué vamos a hacer?: ¿vallar toda Africa?.

No podemos por mucho más tiempo, aunque queramos, seguir poniéndole puertas al campo. La auténtica verja es ponerle coto al hambre y, para eso, hay que poner a algunos regímenes en su sitio. ¿Neocolonialismo?, ¿despotismo ilustrado?. Llamémoslo como queramos. Pero eso o la hecatombe. Tenemos poco tiempo y alguno, aquí al ladito, bastante menos.
 

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