Estaba previsto y era normal. Somos muchos los que en el
caso del periodista español, de orígen sirio, Taisir Alony,
condenado recientemente por la Justicia española a 7 años de
prisión, pensamos que muy serios motivos debieron de tener
sus Señorías para imponer tamaño castigo a un solvente
profesional y que, la fiscalía, probablemente no ha
explicado suficientemente las pruebas inculpatorias de las
que sin duda dispone.
En distintas partes, la cadena qatarí Al Yazzira a cuya
plantilla pertenecía Alony se está movilizando en su favor.
Está en su pleno derecho.
La concentración y marcha ayer en Tetuán, entre las 16.00 y
las 17.00 locales, desde el Consulado de España a las
inmediaciones del viejo cine Avenida, corta distancia por lo
demás con la plaza Mulay el Mhedi (antigua plaza “Primo”)
por medio, transcurrió con normalidad y sin incidentes.
Horas más tarde y después de “romper” el ayuno del día
(estamos en Ramadán, el mes más sagrado para los
musulmanes), el casino Cultural de Tetuán llenaba su sala en
la que intervinieron el propio Hajji (infumable), el
correcto y educado Hassan Rachidi (director de la sucursal
de Al Yazira en Rabat), varios periodistas, representantes
de la Unión de Estudiantes de Marruecos, el ex alcalde
socialista de Tetuán, Abdelwahab El Hach y un miembro de la
directiva de la Asociación de Estudios Estratégicos, Hassan
Barhon,. al que por cierto apenas dejaron intervenir. Barhon,
también organizador del encuentro, intentó matizar sus
palabras mostrando, por un lado, su plena solidaridad con el
ciudadano español Alony y, por otro, pidiendo que la
justicia española no sea manipulada desde ningún lado.
Algunos de los asistentes, en declaraciones a EL PUEBLO,
apuntan hacia puntos oscuros en el procemiento seguido
contra Alony, señalando que las puebas aportadas por la
fiscalía son, cuando menos, ambiguas. En todo caso y como
con fatalismo, entienden de algún modo que la condena de 7
años impuesta al periodista “no ha sido por capricho, algún
poderoso motivo debe haber que se nos escapa”.
Pancartas, emoción, solidaridad ... Hasta ahí normal. Lo que
llama la atención es el “aparato de propaganda” de un
abogado ambicioso y sin escrúpulos que, aprovechando la
legitimidad de una causa, azuza y engatusa a los asistentes
con gruesas palabras que nada tienen que ver con la realidad
como puede comprobarse en el recuadro adjunto.
Mintras, en las fronteras con Ceuta y Melilla las fuerza de
seguridad marroquíes “limpian” a tiros y sin contemplaciones
las riadas de subsaharianos que huyen del hambre. Más cruel
aun: embutidos en camiones militares son arrojados a su
suerte, exhaustos y apaleados, a las puertas del desierto,
sin comida, sin agua .... Marruecos dice que no tiene
medios. Lo que no tiene, lo que no tiene ... es otra cosa.
Pero de los derechos humanos de los subsaharianos el abogado
Habib Hajji no dice ni mutis. ¿Por qué será? .
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