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ACTUALIDAD - SÁBADO 8 DE OCTUBRE DE 2005


Momento del rezo. REDUAN

INMIGRACIÓN / RELIGIÓN
 

El CETI facilita a sus residentes musulmanes el ayuno en Ramadán

El centro ha reorganizado la cocina para ofrecerles la comida tras la puesta de sol
 

CEUTA
Cristina Chasco

cristinachasco
@elpueblodeceuta.com

Los últimos y graves acontecimientos referentes a la inmigración en la ciudad tienen un lado amable reflejado en la tolerancia y buena voluntad del personal del Centro Temporal de Estancia de Inmigrantes de Ceuta (CETI), que facilita los medios para celebrar el ayuno de Ramadán a los musulmanes que la pasada semana saltaron la verja en su particular aventura por alcanzar una vida mejor.

De los 700 inmigrantes que alcanzaron tierra española, 340 practican la religión musulmana y, para ellos, el CETI ha llevado a cabo una reorganización de los turnos de cocina de manera que pueda preparase sus comidas tras la puesta de sol y antes de que el astro vuelva a salir.

A las 20:00 horas, los trabajadores del comedor del centro ceutí de inmigrantes entregan a los musulmanes una selección de alimentos típicos de su cultura durante este mes de ayuno, como es la ‘harera’, los dátiles y el pollo, entre otros. A las cinco y media de la madrugada tienen una segunda comida compuesta de alimentos variados de manera que ingieran los nutrientes necesarios para aguantar hasta la puesta del sol.

En cuanto al hábito del rezo, los inmigrantes buscan su propio espacio donde realizar las oraciones correspondientes a cada momento de la jornada.

El Ramadán consiste en guardar un mes de ayuno completo durante el día con la prohibición de comer, fumar, beber, usar perfumes, mantener relaciones sexuales, pelearse e incluso discutir, desde el despertar del alba hasta tres o cuatro minutos después de haberse puesto el sol.

El mantenimiento de este ayuno es obligado para todos los musulmanes con excepción de los ancianos, los enfermos, las mujeres embarazadas, las que amamantan a sus hijos, los viajeros que cumplen largas jornadas o los combatientes en una guerra justa. Los enfermos, una vez sanados, y las mujeres cuando terminan de amamantar a sus hijos, deben recuperar día a día las jornadas que no pudieron guardar ayuno durante el mes de Ramadán, aunque no tienen que hacerlo de manera continuada sino a su mayor conveniencia.
 

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