Nada ocurre porque sí y menos en las complejas relaciones
hispano-marroquíes. Si es un hecho indudable que la presión
migratoria subsahariana está “invadiendo” las fronteras sur
y oeste de Marruecos, no lo es menos que la inmigración
clandestina subsahariana está siendo utilizada por el
Régimen marroquí como moneda de cambio con la Unión Europea
y, sobre todo, con su vecino país del norte: España.
Perfilaría aun más: ¿no estaríamos encontrándonos en los
primeros capítulos de una nueva edición de la famosa y
traicionera “Marcha Verde”, también con población civil pero
ésta vez “interpuesta” ...?.
La tragedia que estamos viviendo éstos días se veía venir
desde hace años, era tan solo cuestión de tiempo.
Pero en la masivas y cruentas avalanchas últimas confluyen
varios factores, no necesariamente excluyentes, que bien
pudieran haber ayudado a inducirla. A saber:
-La notoria debilidad del Gobierno español (así es percibida
por Rabat).
- La “cumbre” hispano-marroquí de Sevilla.
- El previsible endurecimiento de los controles y el aumento
de las medidas pasivas (más SIVE, más Guardia Civil, más
altura de la valla fronteriza ...).
- La llegada del invierno, que agravaría notablemente las
durísimas condiciones de vida (si es posible llamarla así)
de la comunidad subsahariana en las cercanas montañas (Gurugú
y Anyera).
- El hábil uso (táctico y estratégico) de la situación por
el lado marroquí, que estaría aprovechando el problema para
conseguir más fondos y “cargar”, de paso, contra Ceuta y
Melilla para continuar desestabilizándolas.
Es decir, en una espúrea gestión del sufrimiento de los
inmigrantes, la diplomacia oficial y paralela marroquí
arrima las turbias aguas a su molino. Abandonando el
griterío de sus corifeos una vez comprobó que las balas
extraídas procedían de los vetustos mosquetones, calibre 7
mm, de sus Fuerzas Auxiliares, Rabat intenta ahora
enmascarar sus responsabilidades y lanzar su ofensiva
mediática, intentando por todos los medios
“internacionalizar” el conflicto. Al tiempo.
A ello ayudarán, indirectamente, las duras imágenes que ésta
noche (por ayer) emitirá Tele-5, en las que aparece un
conductor del Benemérito cuerpo apaleando a un detenido
subsahariano. El general Gómez Arruche, que mientras el
lector lea éstas líneas bien podría encontrarse en Ceuta,
algo tendría que decir ... Controles al máximo,
deportaciones inmediatas, pero nunca olvidemos que estamos
tratando con seres humanos. Y con Marruecos ..., emplear el
lenguaje adecuado. Más con talento que con talante.
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