La inauguración del alumbrado
extraordinario de Ramadán coincide con el inicio de la
festividad tradicional de los musulmanes y que, en nuestra
ciudad, adquiere muy elevado protagonismo en tanto que es
seguida, esta manifestación religiosa, por miles de ceutíes
correligionarios de la verdad del Islam. En una ciudad donde
los ceutíes, en general, de cualquier condición religiosa,
nos enorgullecemos de las tradición que supone seguir una de
nuestras culturas y asumirlas como propias -el respeto por
la voluntad de ayunar y purificarse, como manda los cánones
del Islam, es muy alto entre los ceutíes-.
La gastronomía enriquece a los pueblos, y en este sentido
Ceuta es muy rica. Si bien este mes está dedicado a la
reflexión, a ayudar al pobre y ser piadosos con el
semejante, el resto de culturas que conviven en esta ciudad
disfrutan igualmente. Esa excelente gastronomía árabe que
nos inunda en estos días venideros es una maravilla para los
sentidos. Con nuestro pensamiento en nuestros hermanos y
conciudadanos musulmanes, no debemos obviar por otra parte,
el estado de ebullición en el que políticamente vivimos
actualmente. La situación de Ceuta hoy es esencialmente
límite. la Ciudad, junto con Melilla son protagonistas
mundiales, ahora, del llamado fenómeno de la inmigración. Ha
tenido que ocurrir una desgracia como la vivida en las
últimas semanas para que se haya aireado, por el globo,
nuestras vergüenzas, la de España y Europa, que parecen
haber descubierto, tras los acontecimientos, que la
inmigración debe atajarse ¿desde el orígen con planes de
ayuda económica?, sí, pero también evitando que países como
Marruecos aprovechen la coyuntura para sacar píngües
beneficios.
El aporte económico que va a realizar España y Europa
debiera contar con un especial seguimiento en la
comprobación de que su gasto sirva para el fin previsto y no
para enriquecimiento de la clase noble que domina el país de
Mohamed VI. Una advertencia no vendría nada mal, sobre todo,
a raiz de conocerse las últimas noticias que acusan al
Gobierno de Marruecos de estar detrás de la presión
subsahariana sobre las fronteras de Ceuta y Melilla.
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