¿Le jugaron los nervios una mala
pasada al presidente del Gobierno de nuestro país cuando le
preguntaron sobre la ‘co-soberanía’ de Ceuta y Melilla?. El
primer ministro marroquí ‘zorro’ astuto donde los haya,
escuchó la pregunta, se sonrió internamente y miró a
Zapatero echándole el balón a su tejado.
La imagen del Jefe del Gobierno español no fue la que, en
ese momento, debía. Las principales cadenas de televisión se
recrearon en la suerte. Tele 5 hizo especial alusión al
histórico silencio de un Zapatero que se vio superado, o al
menos, así lo parecía por las cirunstancias de un día amargo
y lamentable, difícil de digerir y, con muy poca experiencia
-por otro lado- en el arte del rigor de Estado.
Jettú tranquilo y sonriente mientras que Zapatero parecía
atenazado y tenso, demasiado tenso como para ‘jugar’ en
casa. Se ve que en el entorno andalusí, donde se recreó la
cumbre, no le fue excesivamente propicio.
Los vientos de África con noticias extraordinariamente duras
dejaban al descubierto excesivas carencias impropias de un
país con cierto poder, ahora sí -o no-, en Europa.
Probablemente Zapatero repare el daño hecho a Ceuta y
Melilla por su ‘callada’ histórica. Probablemente la tensión
de los acontecimientos le jugó una mala pasada y no supo
reaccionar como el estadista que se espera de él -en estas
dos ciudades tan necesitada de apoyos y respaldos-.
El Consejo de Ministros reacciona y aplica planes inmediatos
para ambas ciudades. No está mal, pero a diferencia de
Marruecos, en Ceuta y Melilla siempre tan necesitada de una
mejor economía, se prefieren otros gestos. Rodríguez
Zapatero sólo puede enmendar su dañino ‘silencio’ visitando
oficialmente, como Presidente del Gobierno, las Ciudades de
Ceuta y Melilla.
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