Cuando las cosas parecen fáciles, terminan por no serlas, y
esto es lo que les sucedió a los jugadores del conjunto de
la Unión África Ceutí, en la décimo tercera jornada de Liga,
ya que enfrentarse al colista, que había ganado un partido
hasta llegar al campo del Martínez Pirri, para medirse al
conjunto que dirige Damián Torres parecía presagiar que la
victoria unionista estaba asegurada, y muy probablemente la
goleada también.
Pero las cosas no se dieron bien de inicio para los del
ángulo, ya que su rival se plantó en el campo con lo que se
suele llamar poner el autobús. Los andaluces se defendían
como un gato boca arriba, despejando en todo momento
cualquier balón de ataque de los ceutíes. Con una línea de
seis hombres en campo blanquiverde dificultaba el juego de
ataque de los de Damián Torres.
Pero para perder un partido hace falta algo más que un
contrario que se defiende a muerte. La suerte no se alineó
en esta jornada con los hombres punta del equipo del ángulo,
y esto quedó patente en el minuto nueve, cuando Juan Borrero
elaboró una gran jugada, enviando al hueco el balón para la
incorporación de Cristian Salcedo por la banda contraria,
pero el número diez unionista llegó algo forzado cuando
impactó con el balón y su disparó se marchó fuera de la
portería defendida por Lara.
En el diecisiete, nuevamente Cristian Salcedo no impactó
bien con el balón, desaprovechando así la segunda clara
oportunidad de romper la igualada.
Un minuto más tarde, los cordobeses pusieron a prueba la
efectividad de Paquito bajo palos, en una internada por
banda izquierda de Sancho, pero el guardameta unionista
estuvo atento y desbarató los propósitos del delantero
cordobés.
Los minutos transcurrían sin que el Ceutí encontrara el
espacio necesario para fraguar nuevas ocasiones, y no fue
hasta el minuto treinta y cuatro cuando Juan Borrero puso un
medido pase para que Alberto consiguiera marcar, pero el
lateral cordobés Agustín estuvo más rápido y envió el balón
lejos de su portería.
Cuando Lara estaba a punto de señalar el camino de los
vestuarios, Jorge, a la media vuelta, tuvo una nueva ocasión
para deshacer la igualada, pero su disparo se paseó por
delante de la portería cordobesa sin que ningún compañero
acertara a introducir la pelota dentro del marco defendido
por Lara.
El inicio de la segunda mitad fue un acaso constante de los
unionistas a la meta cordobesa, pero con más corazón que
cabeza, y ni Alberto ni José Carlos pudieron materializar
sus intentos de cara a meta
La puesta en escena de Víctor, por el Cordobés, fue
decisiva, ya que jugando al contra golpe y con un Ceutí muy
acelerado y sin demasiada claridad en sus decisiones, las
incursiones del jugador cordobés llevaron todo el peligro
que en los 63 minutos anteriores habían llevado sus
compañeros. Víctor al contra golpe cogía una y otra vez la
espalda de Ramón y llegaba con peligro a la meta de Paquito.
Los cordobeses no dejaban espacios en defensa y los
unionistas no encontraban las bandas para así hacer al campo
más grande, y los nervios comenzaron a apoderarse de los
jugadores de Damián Torres, sobre todo tras la más que
rigurosa expulsión de Cerrudo.
En el minuto ochenta y siete, Víctor ponía el cero a uno
final en el marcador tras el rechace del larguero al disparo
de su compañero Guille.
Mal partido de los de Damián Torres en un partido en el que
a priori todo era favorable a los unionistas ya que el
Atlético Cordobés no había conseguido ganar un solo partido
en liga.
La primera victoria de los cordobeses que es demasiado
premio para un equipo que no jugó al fútbol sino que
especuló constantemente y se dedicó a defenderse.
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