El Paseo del Revellín está
concluído en un 95 por ciento, le faltará algún mínimo
detalle, pero el paseo que ha quedado es digno de una gran
capital que haya querido recuperar sus calles para los
peatones, para disfrutar de un camino aderezado de naranjos
y de unos comercios perfectamente adaptados a las
necesidades y a la calidad demandada por una población que
exige un servicio de mayor nivel.
La conexión de la segunda fase del Revellín con el primero
acabado ya hace tiempo da la imagen magnífica de un centro
de ciudad que ganará enormes enteros apenas concluyan
finalmente todas las obras que aún restan por concluir.
Cuando la Plaza del Teniente Ruiz, ahora en inicios de obra,
acabe igual que la famosa Manzana de Alvaro Siza y la Plaza
de los Reyes quede reformada como se espera tras la
actuación en Camoens, tendremos que convenir entonces que
dispondremos de una preciosidad de centro de ciudad que
habrá ganado numerosísimos enteros. Una zona centro
revalorizada y que prestigiará a Ceuta.
Las obras para aportar cambios en cuanto a mejora a la
ciudad se aplica en toda la urbe. Está claro que la
peatonalización de esta amplia y estratégica parte de Ceuta
llama la atención, pero también lo es las distintas
actuaciones que se llevan a cabo en las barriadas ceutíes.
Unas obras que, por otra parte y ante la demanda de
importantes infraestructuras, provocará algún que otro
problema en la circulación desde mañana mismo. Algo que
resulta necesario soportar por cuanto es imperiosa la
actuación sobre el subsuelo ceutí, en la zona más antígua,
para atajar el grave problema de la pérdida de agua por
causa de unas muy deterioradas tuberías.
Ser conscuentes por los beneficios que traerá a la
ciudadanía en general la culminación de todos los arreglos
es la mejor forma de afrontar los inconvenientes que se
sucederán desde mañana. El ejemplo del Paseo del Revellín es
evidente.
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