El cine, una educación sentimental para la violencia de
género y la sumisión fue la conferencia que cerró ayer las
jornadas sobre violencia de género en los medios de
comunicación. Pilar Aguilar Carrasco expuso a lo largo de su
intervención los procesos de ocultación de la mujer en el
relato fílmico, es decir, el escaso protagonismo que se
otorga a la figura femenina en las ficciones audiovisuales
(películas, series televisivas, etcétera). Aguilar señaló
que esto supone una “primera y grave violencia simbólica”.
Pilar Aguilar, licenciada en Filología Moderna, Ciencias de
la Educación y en Ciencias Cinematográficas, expuso una
serie de cuestiones que explican el porqué de esta
ocultación: la ejemplificación de ideologías retrógradas, de
visiones patriarcales y machistas; representación sesgada y
arbitraria de la realidad femenina; y la subordinación al
papel masculino (la mujer desarrolla la mayoría de las veces
el rol amoroso).
La exposición que tuvo lugar por la mañana fue acompañada de
un taller práctico a partir de las cinco de la tarde. La
actividad fue un análisis práctico de escenas de películas o
series televisivas (Barrio, Copycat, El silencio de los
corderos, Siete mil días juntos o CSI: El acosador), con el
fin de determinar los procedimientos de ocultación, la
manipulación de la realidad femenina, el regodeo en la
escenificación de la violencia referida a las mujeres, y la
representación de la violencia desde una “intencionalidad de
denuncia”.
Pilar Aguilar quiso resaltar en su ponencia la situación de
indefensión en la que se encuentra el espectador, que queda
atrapado por el lenguaje audiovisual que es “poderosamente
analógico” y del que “resulta difícil distanciarse”. En un
primer momento resulta “evidente” porque este lenguaje es
capaz de “burlar los filtros racionales” con los que nos
enfrentamos a cualquier relato fílmico de ficción; el
lenguaje audiovisual apela principalmente a las emociones y
a lo afectivo por lo que rebasaría las barreras del
espectador. La distorsión de la imagen de la mujer, su
anulación como protagonista de los relatos o la
representaciones recurrentes (sexualidad, violencia,
fetichismo o voyerismo) centraron la ponencia de Aguilar.
Finalmente, la consejera de Sanidad y Asuntos Sociales,
Yolanda Bel, clausuró las jornadas a última hora de la tarde
recordando la necesidad de denunciar todo aquello que
fomente la violencia contra las mujeres.
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