El fin de semana pasado estuve en
el Puerto de Santa María. Paseé sus calles y me encontré con
muchos conocidos y, cómo no, con los dos o tres amigos de
toda la vida. Ésos a los que uno puede contarles intimidades
porque son como tumbas. Ellos me hablaron, dentro de las
muchas cosas que sacamos a relucir, de lo bien que estaba
jugando el equipo local: el Racing Club Portuense. Y me
animaron a que fuera al José del Cuvillo, el domingo a las
cinco de la tarde, para presenciar el partido frente al
Bollullos. Y es que el equipo de El Puerto lleva ya muchos
años jugando en Tercera División. Era sábado, y la verdad es
que no decidí hacerles caso hasta una hora antes de que
principiara el encuentro. Fue cuando me dirigí a mi yerno
para comunicarle que accedía a sus pretensiones de asistir
al encuentro.
Ni que decir tiene que una vez en el campo se sucedieron los
saludos de los viejos aficionados -no en vano fui entrenador
del equipo en cuatro ocasiones- y me llovieron las preguntas
desde todos los ángulos. Se extrañaron de que no fuera
asiduo del Murube y se interesaron por el mal comienzo de
temporada que viene realizando la Asociación Deportiva
Ceuta.
Sobre no frecuentar el campo de la ADC, les dije que me
siento incómodo sentado en cualquier campo de fútbol. Que he
perdido la afición a ir al estadio para vivir en directo la
cantidad de improperios que se dicen y, sobre todo, el
enorme desconocimiento que existe de los lances del juego en
gran parte del público.
Y en lo tocante al equipo de Ceuta, les conté que lo he
visto en tres ocasiones y que, por lo observado, no me
extraña que figure en los lugares bajos de la clasificación.
Una situación que causa sorpresa entre quienes no han tenido
la oportunidad de ver en acción a un conjunto que está
actuando muy mal.
Pronto quisieron saber cómo es posible que un equipo que ha
venido jugando fases de ascenso, durante varias temporadas,
estuviese dando tumbos. Y hube de explicarme: ya no está de
presidente José Antonio Muñoz. Lo cual ha sido una baja de
suma importancia: hasta el punto de que a los nuevos
directivos les va a costar un esfuerzo enorme el conseguir
que el equipo levante cabeza.
-Ah -me respondió un ex jugador-, en Ceuta ha pasado lo de
siempre: que cuando se va alguien que pone el dinero todo se
viene abajo.
-No -contesté-, en Ceuta ha pasado algo muy diferente y no
por ello menos grave: que los directivos actuales no tienen
ni idea de cómo hacer una plantilla. Y así les está luciendo
el pelo.
- Y mucho menos si están cortitos de dinero... -recordó otro
interviniente.
-Tampoco el dinero ha sido culpable de los errores que han
cometido los directivos. Porque, a estas alturas, la ADC es
el equipo que tiene el tercer presupuesto más alto de todos
los conjuntos participantes en el Grupo IV.
Metió baza el tercer contertulio:
-En situaciones así, las meteduras de pata de principio de
temporada acaban siendo el comienzo de otras más cuando
llega el mercado de invierno. Seguro que dentro de nada los
directivos del Ceuta gastarán una pasta gansa en reforzar la
plantilla.
-Seguro que será así. Puesto que los técnicos achacan los
males a que el equipo no marca goles.
-¿Quién firmó los delanteros actuales? -preguntó el ex
jugador.
-Según tengo entendido los ofreció el representante de
alguien que hay en el club. Es decir, que los delanteros
fueron contratados con el visto bueno de los técnicos.
-Lo que me estás contando es más grave aún que la osadía
mostrada por los directivos.
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